CASABLANCA

CASABLANCA
FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

lunes, 18 de febrero de 2019

TUSITALA: AGUSTÍN SÁNCHEZ VIDAL O EL CONTADOR DE HISTORIAS (V)



Buñuel, Lorca, Dalí: el enigma sin fin o la importancia de un buen título 



Otra de las características más destacadas de la obra de Agustín es su gran capacidad de síntesis unida a una enorme precisión y claridad expositiva, ambas cuestiones se ejemplifican a la perfección en los atractivos títulos de sus libros, verdaderos modelos de cómo titular con gancho a la vez que se anticipa y resume en ellos la esencia de su contenido. Como muestra este botón, Buñuel, Lorca, Dalí: el enigma sin fin, con el que obtuvo en 1988 el prestigioso premio de ensayo “Espejo de España” de la Editorial Planeta. 

Título redondo y preciso con el que invita al lector a recorrer en su compañía la trayectoria vital y profesional de las tres personalidades del mundo de la cultura más grandes que ha dado España en el siglo XX y adentrarse en el laberinto de su turbulenta amistad para intentar resolver el misterio de sus complejas personalidades y de sus obras, en las que se puede rastrear cómo los tres "amigos se acechan e interpelan a través de sus producciones respectivas", confeccionadas en determinados momentos a base de estímulos de profunda amistad, rivalidad e incluso desafecto. 

El cuadro de Dalí, El enigma sin fin, sintetiza la pretensión última del libro, la misma que animaba el método paranoico-crítico daliniano -una imagen no tiene una lectura unívoca-, así, de igual forma que en el cuadro se pueden llegar a ver hasta seis imágenes superpuestas -incluido el retrato físico y metafísico de Lorca-, las personalidades y las obras de Buñuel, Lorca y Dalí se reflejan entre sí conformando una perspectiva en abismo de difícil sondaje. 

La sesuda investigación se lee como una novela enigma o policiaca, pero la propuesta trasciende la mera anécdota para explicar cómo se deciden aspectos tan relevantes como el nacimiento del surrealismo, su introducción en España, etc., para lo cual presenta un interesante cañamazo epistolar inédito de Buñuel con Pepín Bello, de Dalí con Buñuel a propósito de La edad de oro, y sus documentos en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

sábado, 9 de febrero de 2019

TUSITALA: AGUSTÍN SÁNCHEZ VIDAL O EL CONTADOR DE HISTORIAS (IV)



De Buñuel, ese “director de directores”, a Saura, Borau, Florián Rey y Chomón. 




En 1975 conoció a Luis Buñuel y en 1980 viajó a México para preparar con él la edición de Luis Buñuel. Obra literaria (1982), investigación que explica la inicial vocación literaria del director y recopila toda una serie de escritos de juventud fundamentales para entender sus particulares relaciones con Lorca y Dalí, y demuestra que en sus escritos se encuentra el “eslabón perdido” dentro del vanguardismo español, al haber dado el paso hasta el surrealismo que Gómez de la Serna “no quiso o no supo dar.” 


Esta investigación le acercó al cineasta, con quien mantuvo una relación de amistad, y a partir de ese momento comenzó con el espíritu crítico que lo caracteriza a descubrir al genio de Calanda, lo sometió a un cerco constante y se convirtió en uno de sus mayores especialistas con estudios fundamentales como Luis Buñuel: obra cinematográfica (1984), Vida y opiniones de Luis Buñuel (1985), Luis Buñuel (1992) y El mundo de Luis Buñuel (1993 y 2000), quinta entrega de una serie de estupendas monografías editadas por la CAI, con la que cerraba el ciclo dedicado a los directores aragoneses más destacados: Saura (1988), Borau (1990), Florián Rey (1991) y Segundo de Chomón (1992). Estudios que sintetizaría con afán divulgativo en Realizadores aragoneses (1998). 






De su abundante producción sobre el realizador calandino destacaríamos de manera especial su capacidad para dinamitar, como ya ocurriera con Miguel Hernández, los tópicos y lugares comunes, así como la continua renovación de sus aportaciones, siempre novedosas y diferentes. 

Pero su labor no se ha limitado a la investigación, también ha ejercido un papel activo en la recuperación, revalorización y divulgación de su cine, en especial en las celebraciones que tuvieron lugar con motivo del centenario de su nacimiento, entre otras actividades escribió el guion del documental dirigido por Rioyo y López Linares, A propósito de Buñuel, y poco después, en colaboración con Carlos Saura, el de su película, Buñuel y la mesa del rey Salomón (2001).



domingo, 3 de febrero de 2019

TUSITALA: AGUSTÍN SÁNCHEZ VIDAL O EL CONTADOR DE HISTORIAS (III)



Miguel Hernández: una investigación siempre en marcha o como huir de los tópicos 



Hizo el Bachillerato y la Reválida por Ciencias con premio extraordinario, pero se cruzó en su camino un profesor de Filosofía extraordinario, el jesuita Ignacio Zumeta Olano y terminó matriculándose en Filosofía y Letras en la Universidad de Zaragoza. Dentro de la Facultad, fascinado por el estructuralismo y su semántica, su siguiente opción fue Lingüística, pero al trasladarse Ynduráin a Madrid, se llevó consigo a Santos Sanz Villanueva, Díez Borque, etc., por lo que se le propuso integrarse en el Departamento de Literatura Española nada más terminar la carrera. 

Se doctoró en 1974 con una tesis sobre Miguel Hernández, significativa elección de un poeta de orígenes claramente populares que anticipa y evidencia los gustos y las afinidades del por entonces jovencísimo profesor universitario, que ejercerá la docencia durante más de 38 años, y someterá desde ese momento su obra a una constante revisión, en lo que podemos considerar una investigación siempre en marcha. 

Su trayectoria profesional se divide en dos etapas de duración casi idéntica: una primera en el que imparte clases de Literatura Española, con Miguel Hernández y la obra literaria de Buñuel como objetos principales de estudio; y otra segunda -desde 1991-, como catedrático de Cine y otros medios audiovisuales, con la producción fílmica del calandino y la pintura de Dalí como temas centrales de su labor investigadora, si bien tuvo un largo periodo de transición -desde 1984-, durante el que impartió simultáneamente ambas especialidades. 

Como profesor de literatura explicó casi todos los periodos de su historia, en especial la contemporánea, enorme trabajo que le obligó a leer de forma sistemática las obras más relevantes de cada uno de ellos y, por consiguiente, a conocer en profundidad la tradición del idioma y del ser español. Esta contundente preparación lectora explica su excelente uso de la lengua en todos sus escritos, pero de manera especial en sus novelas, siempre acorde con la época en las que se ambientan. 

Con ser importante lo anterior, lo más destacado de su dilatada labor docente ha sido su capacidad para conectar con las sucesivas generaciones, esfuerzo mantenido en el tiempo para estar siempre al día, no solo en lo que respecta a todo tipo de informaciones, sino también en sensibilidades y gustos, quizá aquí radique la explicación de otra de las características esenciales de su obra: su frescura y modernidad. 

Su exhaustiva investigación sobre la vida y la obra de Miguel Hernández, le llevó a cuestionarse los tópicos y lugares comunes preexistentes y a desentrañar en el sentido literal de la palabra la esencia de su poesía. Con estas premisas, verán la luz dos obras fundamentales: Miguel Hernández, en la encrucijada (1976) y Miguel Hernández, desamordazado y regresado (1992). En ellas traza la trayectoria completa del poeta desde tres perspectivas: la biográfica, la ideológica y la literaria. Siendo la primera el hilo conductor de las otras dos, de manera que recorre las diferentes influencias recibidas por el poeta a lo largo de su vida, desde Sijé, Bergamín o “Jiménez & Giménez”, pasando por “La Escuela de Vallecas”, hasta Cossío, Neruda y Aleixandre. Quizá lo más importante de su aportación sea que aborda su figura al margen de exigencias ideológicas y recupera al Miguel Hernández de la etapa católica y purista, cuya calidad en modo alguno desmerece del resto, al tiempo que se cuestiona, pone en cuarentena y matiza los tópicos que hasta ese momento habían simplificado –también perjudicado- sobremanera la lectura de su obra, el de “poeta pastor”, “poeta del pueblo” y “poeta del sacrificio”, demostrando que lo que singulariza su producción es la asimilación de las tradiciones cultas (Góngora, Calderón, etc.) y de las vanguardias, pero no para quedarse en ellas, sino para rehumanizarlas en lucha constante con el idioma buscando su propia voz. 

Junto con los estudios son varias las ediciones críticas de sus obras, es el caso de Perito en lunas/El rayo que no cesa (1976), Poesías completas (1979), Epistolario (1986), El torero más valiente. La tragedia de Calisto. Otras prosas (1986), Obra Completa (1992 y 2010), hasta llegar a la Antología poética publicada para escolares y la colaboración en la segunda entrega hernandiana de su gran amigo Joan Manuel Serrat, Hijo de la luz y de la sombra (2010), más amplia y rica que la anterior, álbum que venía complementado por el DVD, Imágenes en busca de un poeta: veinte pequeños videoclips inspirados en sus poemas y realizados por reconocidos nombres del cine español, entre ellos uno, “Las abarcas desiertas”, realizado por Agustín, quien poco después promovió un proyecto expositivo, cuyos textos coordinó, que recuperaba la figura del poeta alicantino mediante sus propias poesías, la música de Serrat y los videos.





(CONTINUARÁ...)