CASABLANCA

CASABLANCA
FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

martes, 21 de noviembre de 2023

 

DE UNOS LOCOS CAÓTICOS COMO MAENZA


        


El Instituto de Estudios Turolenses y la editorial Prames han publicado en coedición la primera novela del poeta turolense Mario Hinojosa. Tras seis poemarios, Hinojosa da el salto a la narrativa con Fractal, una historia compleja de amores y desamores, sexo y cine que se desarrolla a lo largo de cuatro décadas en diferentes lugares (Valencia, Madrid, Zaragoza, Barcelona…), pero de manera especial en la provincia de Teruel (Orihuela, Oliete, Calanda, Sierra de Albarracín…) y la propia capital (el cementerio, el parque de los Fueros, el viaducto, el kiosko de San León, el bar La Cabaña, la Colchonería Maenza, la Cueva de las tres Puertas…). La ciudad no es un decorado donde transcurre la acción, es un útero materno en cuyo líquido amniótico conviven y se forman los personajes para la vida, es una protagonista más de la novela que busca ser definida y aprehendida por ellos: “Mirábamos a nuestro alrededor, con el asombro de la primera vez, como salía de entre la niebla nuestra ciudad, ese acorazado moldeado con la arcilla primigenia, la de los enigmáticos alarifes mudéjares […] La que a veces se despereza y levanta su trompa de paquidermo perezoso para tragarse los litros del río Turia en un ritual de ave fénix trasnochado, la que conserva las balas de una guerra en lo más profundo de sus montañas, dentro de una tierra que de vez en cuando las escupe […] La de la cerámica que proyecta el sol desde sus torres para iluminar el mar tenebroso de los crespúsculos, la de un toro convertido en metáfora de la belleza imperturbable de lo mínimo, la que desde un puñado de escombros calibra el asombro y la agonía a casi mil metros de altura…” Como se puede observar, el intenso lirismo de la prosa de Hinojosa es la característica esencial de su estilo narrativo, por momentos esencialmente poético.

         La bonita y significativa portada del libro anticipa su estructura “fractal” que le da título: sobre un fondo rojo intenso (no olvidemos el simbolismo de este color: fuego, amor, drama, calor, fuerza, emoción, pasión, sangre, lujuria, violencia, ira, agresión, etc.) y mediante la repetición de una figura hexagonal se teje un árbol (¿de la vida? La repetición de átomos, moléculas, células, genes, neuronas… construyen todo lo existente: cristales de nieve, conchas, manchas de animales, etc.), que presenta mediante este simbólico dibujo las celdillas de las experiencias vitales de los personajes cuya suma conforma la colmena existencial colectiva de todos ellos.

         De igual forma, la estructura es una especie de rompecabezas, tiene algo de la Rayuela de Cortázar o de Manhattan Transfer de Dos Passos, con cuatro momentos vertebradores: finales de los años setenta (cuando muere Maenza en el año 1979); 1998, el momento más salvaje de los protagonistas en plena juventud; la más reposada etapa de la primera década del siglo XXI, el 2009; y el presente de la acción inicial ocurrido en 2019 y su inmediato pasado del año anterior. Su lectura lineal según la disposición de los capítulos es exigente, podríamos decir que caótica, como caótica era la escritura, el cine y la personalidad de ese protagonista ausente, Maenza, pero omnipresente en la novela. Mario no hace concesiones al lector y gira constantemente la ruleta del juego narrativo del tiempo, lugar y acción, mezclando presente y pasado, realidad, sueños y deseos. Otra forma de encarar la lectura sería la cronológica, del pasado al presente, pero quizá la más recomendable para componer el caleidoscopio del argumento sea la propia de la narración fílmica, comenzar por el presente del 2019 y volver al pasado para ir componiendo sucesos y relaciones.

         La trama se inicia en 2019 con el intento de asesinato de uno de los personajes centrales, Tíber, en el cine Maravillas de la capital turolense cuando está viendo la película de Chaplin El gran dictador. Ingresado en el hospital y durante el tiempo de su recuperación, Tiber se convierte en una especie de Sherezade para su compañero de habitación, el desahuciado Ginés, y para su médico, el doctor Roures. Poco a poco vamos sabiendo de sus amores y van desfilando los protagonistas principales: Eyre -su amante, que ha perdido un hijo suyo- y directora de un corto de corte maenciano, que pretenden rodar en sus años juveniles; Eros, el guionista; Messina y Tíber, actores,  y otros más secundarios como Javi, Ana y Toni. Todos ellos eran jóvenes a finales de los noventa, auténticos “perros rabiosos”, con muchos sueños por cumplir y mucho por experimentar, pero el tiempo con la lima de sus dientes menudos, implacable, irá carcomiendo sus ilusiones: no serán directores de cine, ni escritores, ni actrices… Poco a poco se convertirán –o tal vez ya lo eran desde su infancia- en seres neuróticos al borde del abismo, consecuencia de sus infancias traumáticas.

         Podríamos decir que se trata de una novela introspectiva, psicológica, con personajes impulsivos, “desenfrenados, rebeldes y apasionados”, como lo fue ese ubicuo espíritu maenciano en forma de recuerdos de los jóvenes y cuya personalidad transgresora y caótica gravita sobre todas sus acciones inspirándolas y dando forma a la misma novela que protagonizan. A los humanos en general y a los protagonistas de esta novela en particular nos gusta abrazar el caos, nos atraen los iluminados, los adelantados a su tiempo, y Maenza lo fue, y mucho más al nacer en la ciudad más atrasada de España en una de sus épocas más oscuras.   

         Dos temas importantes son el sexo y la violencia doméstica, ese fractal que se inicia en la infancia y en numerosas ocasiones se sigue repitiendo con el discurrir de los años conformando ese horror oculto en el día a día de muchas personas que de maltratados pasan a ser maltratadores.

         La novela cuenta con una interesante banda sonora y en sus páginas suenan temas de Dire Straits, Escorbuto, Metálica, Javier Álvarez, Vetusta Morla, Carolina Durante, etc., recogidos en una lista de música de Spotify, enriqueciendo la lectura con su audición, que contribuye a ambientar situaciones y definir personalidades.

         ¿Qué es en definita Fractal? Desde luego es un homenaje a la ciudad de Teruel y a multitud de personajes que nacieron y vivieron en ella: Ildefonso Manuel Gil, José Antonio Labordeta, Joaquín Carbonell… pero, sobre todo, Antonio Maenza: “La ciudad donde Ildefonso Manuel Gil esperó a ser fusilado en las tripas de un seminario, donde José Antonio Labordeta le dio clases a mi madre, la de José Antonio Maenza bajando por la calle del Tozal, abriendo sus alas tristes con aquella gabardina negra, como un albatros siempre adolescente […] Esta es nuestra ciudad…” Es también una historia, una tesis y un juego, tres formas diferentes de mirar la vida y de leer esta novela. Es la representación del inexcusable hilo del tiempo que teje el transcurrir de la existencia y las relaciones humanas, fragmentadas en recuerdos particulares cuya suma quizá pueda acercarse mínimamente siquiera a la realidad sucedida en un momento y un lugar. Es una representación de la complejidad del mundo y de la existencia que como la misma inteligencia artificial tan vigente en la actualidad podemos captar por oposiciones binarias: femenino versus masculino; razón vs locura; orden vs caos; éxito vs fracaso; forma vs contenido. En última instancia, Fractal es una búsqueda del sentido de la existencia metaforizada por el autor en la búsqueda del sentido estético/narrativo de su propia novela; es decir, Fractal es una exigente indagación sobre el proceso creativo, sobre el paso del tiempo, los amores perdidos, la amistad, los sueños rotos, la locura, el fracaso y, cómo no, la muerte y su reverso: la vida.

 

Mario Hinojosa, Fractal, Zaragoza, Prames-Instituto Estudios Turolenses, 2023.

No hay comentarios:

Publicar un comentario