El grupo de amigos de
Sangría-Films, junto con componentes de otros colectivos (Alambique Films, con
Luis Esteban como director de cortos como El
tabaco mata (La leyenta del tabaco sin nombre); Alejandro Benedí, Robino y la princesa; Jesús Zuriaga,
etc.) crearon la Asociación de cine
amateur Cineocho, presidida por Fermín Pérez, bajo cuya dirección organizan la I Muestra de Cine en
Super-8 de Teruel, que tuvo lugar durante los días 3 y 4 de enero de 1983.
En la III edición en 1985 pasó a denominarse Festival turolense de Cine en
Super-8 y contó ya con el apoyo de las instituciones locales, provinciales y
autonómicas.
En 1986 tuvieron
lugar dos ediciones, la IV ,
en enero, como en anteriores ocasiones, y la V , en la primera semana de octubre, fecha que se
consideró más apropiada para llevar a cabo el evento y que en las próximas
fluctuaría entre finales de noviembre y principios de diciembre, al tiempo que
se incorporaron numerosas novedades que dieron un nuevo impulso al Festival: el
Concurso de Vídeo, la sección “Homenaje a…” (en esta ocasión se dedicó a
Segundo de Chomón, del que se presentó un libro escrito por Pascual Cebollada),
muestra retrospectiva (en este caso del director Fernando Colomo), muestra
internacional de cine en Super-8 y de videoclips. De igual forma, ese mismo
año, fruto del trabajo de Cineocho y del aumento progresivo de la calidad y
cantidad de los cortos autóctonos proyectados en el Festival de Cine, la Diputación Provincial
de Teruel institucionalizó una línea de ayudas a la creación Fílmica que se
mantuvo durante los dos años siguientes y que sin duda contribuyó a crear un
ambiente favorable para la creación audiovisual local de la que se beneficiaron
la mayoría de los realizadores turolenses todavía hoy en activo.
En la VI edición de 1987, se
incorporó al certamen el soporte videográfico, que convivió con el Super-8
hasta 1990 (el ganador en Super-8 fue el por entonces desconocido Juanma Bajo
Ulloa con 100 aviones de papel), año
en el que, ante la escasez de trabajos en cine, se convirtió en una muestra
videográfica exclusivamente. Durante esta edición se desarrolló una experiencia
única en Aragón al emitir la televisión local de Teruel (Teleté) programas propios durante más de ocho horas diarias,
titánica empresa debida al esfuerzo de un plantel de profesionales altruistas y
a toda una serie de colaboradores difícilmente repetible, pues a nadie se le
escapa que para tamaña proeza la mencionada televisión no contaba con recursos
suficientes.
En 1992 pasó a
denominarse AnimaTeruel, una
experiencia en España especializada en cine y vídeo de animación, para, como
hemos señalado, desafortunadamente desaparecer en 1996. Durante las diferentes
ediciones se publicaron -en su mayor parte en colaboración con el Instituto de
Estudios Turolenses- modestas pero interesantes monografías sobre Chomón,
Borau, Berlanga, los comics en el cine, el thriller
norteamericano, los cineastas aragoneses, el cine de animación español y
Luis Buñuel.
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