La presencia de
turolenses en el mundo audiovisual español puede considerarse como milagrosa si
nos atenemos a las posibilidades con las que han contado –y cuentan- los
esforzados aventureros del séptimo arte en nuestras latitudes: escasas o nulas
subvenciones, efímeros festivales y muestras, nulo tejido industrial, etc. Y
esto no sólo en nuestra provincia, sino también en la Comunidad Autónoma.
Por ello, en su mayor parte se han visto obligados a una forzada emigración o a
relegar su vocación cinematográfica al plano de las aficiones y a vivirla como
algo tangencial en sus vidas, que en el caso de los más afortunados mantiene
con sus respectivas profesiones oblicuas vinculaciones.
Los
pioneros: el Cine Estudio “Luis Buñuel”.
En el Teruel
franquista de finales de los años sesenta, como una contribución más al devenir
cultural de la capital de lo que se ha venido a denominar “generación paulina”
del Colegio Menor San Pablo, se creo el Cine-club “Luis Buñuel”, que el 19 de
noviembre de 1967 comenzó su andadura con la proyección de la película Torero, de Carlos Vela. Entre sus
primeros integrantes estaba el por entonces recién llegado profesor del
Instituto “Ibáñez Martín”, José Antonio Labordeta, quien ejerció de maestro de
ceremonias en sus primeras sesiones introduciendo la película antes de su
visionado y comentándola después. El éxito fue inmediato y en su segundo año de
existencia ya eran 140 sus socios. Así, como consecuencia del mismo, se produjo
el primer intento de crear en Teruel una muestra cinematográfica de cine amateur, de forma que entre el 9 y el 15 de septiembre
de 1968, tuvo lugar el I Certamen Nacional Amateur Luis Buñuel, organizado por
el Cine Estudio “Luis Buñuel”, de la Obra Sindical de Educación y Descanso (entre sus
miembros más destacados estaban Francisco Laínez, Antonio Cano, José Antonio
Labordeta, José Sanchís Sinisterra, Néstor Esparrells, Manolo Mengod y Julio
Salvador), al que concurrió el cortometraje de 15’ de duración de los
turolenses Felix Brun, Vidal Muñoz y Jesús Zuriaga, Años atrás, una historia ambientada en la prehistoria con toques de
humor, rodada en el “El Salobral”, un paraje natural junto al conocido como
“Puente Minero”, en las proximidades de la ciudad, que al fin y a la postre
conseguiría el Diploma a la primera realización. También concurrió al evento el
profesor Eloy Fernández Clemente (Andorra, 1942), a la sazón profesor del
Instituto “Ibáñez Martín” de la ciudad,
con Recuerdos (corto protagonizado
por alumnos de una escuela de primera enseñanza), que consiguió el Diploma a la
mejor fotografía en blanco y negro, y con A
meiga (La bruja), corto en color
de corte simbólico protagonizado por unos gatos y una gallina.
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