CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

sábado, 20 de abril de 2013

MINGOTE. UN GENIO DEL SIGLO XX... Y DEL XXI


APROXIMACIÓN BIOGRÁFICA (VII)


En los años ochenta, su figura alcanzó las cotas más altas de popularidad. Así, tras concederle el premio Nacional de Periodismo, el mítico concurso televisivo Un, dos, tres… le dedicó un especial a su obra y persona el 1 de octubre de 1982, el plató del programa se convirtió por unas horas en una síntesis del universo mingotiano que todavía hoy permanece en el inconsciente colectivo de los españoles. Mediada la década, el programa Homenaje, dirigido por José Mª Íñigo, le otorgó el León de Oro, Luis del Olmo lo nombró presidente de El debate sobre el estado de la nación, emisión radiofónica en la que colaboró durante diez años junto con los más grandes humoristas del momento. Para su asombro, fue elegido miembro de la Real Academia de la Lengua en enero de 1987, en la que ingreso el 20 de noviembre de 1988, con un discurso intitulado 'Dos momentos del humor español: Madrid Cómico La Codorniz'.


Teruel también lo homenajeó en diferentes ocasiones y en 1996 lo distinguió como hijo adoptivo de la ciudad.
Con el alcalde de Teruel, Luis Fernández Uriel. "Hijo adoptivo"  1996

En el año 2004, Mingote ilustró para Planeta El Quijote, con prólogo del Rey y edición a cargo del especialista en la obra cervantina, Martín de Riquer. Uno de sus últimos trabajos fue el cartel para la película de José Luis García Sánchez, Los muertos no se tocan, nene, estrenada en 2011 -año en el que el Rey lo nombró Marqués de Daroca-, pero no dejó de dibujar hasta prácticamente el día de su fallecimiento el 3 de abril de 2012.



miércoles, 10 de abril de 2013

UN HUMANISTA DE NUESTRO TIEMPO: JOSÉ LUIS SAMPEDRO


            Tristemente la realidad se impone y ayer se comunicaba la muerte del economista y escritor José Luis Sampedro. Como homenaje a su persona y a su obra, recupero una reseña del libro del escritor y profesor turolense, Francisco Martín Martín,  Palabras y memorias de un escritor: José Luis Sampedro (Netbiblo, 2007), que publiqué hace algún tiempo en la revista cultural TURIA N. 85-86 (marzo-mayo 2008), p. 482-484. Descanse en paz este humanista de nuestro tiempo que dedicó su vida a mejorar el mundo, nuestro mundo. Lo recordaremos en su obra.


José Luis Sampedro es un hombre realista, sencillo y humilde, de talante humano y de enorme talento literario, cree en el ser humano y aspira a mejorarlo, un intelectual en el que se funden el economista y el literato (novelista, autor teatral y poeta), un renacentista del siglo XXI comprometido con su tiempo, un humanista en el pleno sentido machadiano de la palabra bueno. De él dijo Fernando Morán que era un “educador cívico” de la talla de Aranguren y Tierno Galván, como han venido a demostrar su trayectoria vital y su obra. No se equivocó en absoluto. Pese a todo, la  escritura de Sampedro no ha gozado hasta la fecha del favor de la crítica ni de los teóricos de la literatura, tampoco lo contrario, más bien podría decirse que ha pasado sin pena ni gloria, instalándose en una especie de indiferente limbo parnasiano del que viene a rescatarla el completo estudio del profesor Francisco Martín, Palabras y memorias de un escritor: José Luis Sampedro (Netbiblo, 2007), fruto de su tesis doctoral, que se nos presenta en forma de ameno ensayo despojado de la mayor parte del aparato crítico erudito, con la finalidad de hacer más amena su lectura y aproximarla al común de los mortales, pero sin olvidar en ningún momento el rigor científico y la solidez argumentativa propias de estas exhaustivas investigaciones universitarias.
Como nos  anticipa el título del trabajo de Francisco Martín,  Palabras y memorias de un escritor es un estudio detallado de cada una de las perspectivas que conforman la obra de José Luis Sampedro y, como reclamaba el poeta y ensayista W. H. Auden, de la relación ideológica que se establece entre biografía, historia y literatura. Así, son numerosos los factores que influyen en el carácter multicultural de la creación sampedriana: por un lado, el hecho de que tanto sus padres como dos de sus abuelos hubieran nacido fuera de España (su padre en la Habana, su madre en Orán, el abuelo en Manila y la abuela en Lugano); por otra, su condición de viajero impenitente, de intelectual nómada, cuya infancia se reparte entre Tánger, Cihuela (Soria) y Zaragoza; su adolescencia en Aranjuez, de cuyos recuerdos se nutren dos de sus mejores novelas, Real Sitio y El río que nos lleva, y Madrid, donde con dieciocho años ganó las oposiciones a funcionario de Aduanas, para más tarde trasladarse a Santander, donde le sorprendió la Guerra Civil. A su término se matriculó en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas, licenciándose en 1947, para poco después conseguir la Cátedra de Estructura Económica de la Universidad Complutense. A finales de la década de los sesenta, como consecuencia de las deportaciones de catedráticos de la Universidad, se exilió a Gran Bretaña, donde ejerció su magisterio en las Universidades de Liverpool y Salford. Desde 1977 hasta 1979 fue senador por designación real y en 1990 fue elegido miembro de la Real Academia Española (su discurso de ingreso, “Desde la frontera”, tiene mucho que ver, en particular, con el tema de su obra La vieja sirena y, en general, con su filosofía existencial, pues se trata de un canto a la vida, al amor y a la tolerancia. En este sentido, conviene recordar la importancia que dentro de la obra de Sampedro tienen las zonas ambiguas de la vida, las zonas divisorias, las fronteras).
 En el prólogo del libro, Francisco Martín ya nos anticipa sus pretensiones fundamentales: en primer lugar, dejar clara la unidad global de la creación sampedriana, pues su obra, afirma, “se articula como un conjunto organizado de elementos múltiples en relación”; en segundo, señalar que “ese conjunto no es estable ni definitivo; además, del dinamismo que encierran sus relaciones internas, está la conexión con el exterior y reacciona frente a los impulsos que recibe de fuera”. El estudio lo ha dividido en dos etapas y tres partes: una primera compuesta por “Novelas de aprendizaje” (1935-1947) y “La narrativa de una etapa intermedia” (1947-1970); y una final, “Segundo acceso a una narrativa en evolución”, que arrancaría en 1981 con la novela más conocida y reconocida de Sampedro, Octubre, octubre, hasta la publicación de su último libro en 2006, La senda del drago. Incluye también, junto a las pertinentes conclusiones finales, una exhaustiva bibliografía de y sobre José Luis Sampedro (en su totalidad el estudio supone un enorme esfuerzo de recuperación bibliográfica con el que trata de acercarnos la opinión de la crítica y del público sobre su obra con la finalidad de enmarcar la realidad contextual y literaria de la misma) y una serie de anexos de sumo interés. La lectura de Francisco Martín abarca y ordena todos los focos temáticos de la escritura sampedriana, así como también todos sus géneros (teatro, novela, cuento, e incluso, poesía). Para Martín, el indisoluble vínculo entre ética y estética en su literatura es una de las característica más determinantes, que se corresponde al mismo tiempo con su actitud vital, configurándose de esta forma un escritor de gran rigor intelectual y sólida conciencia social que construye su universo literario sobre cuatro pilares temáticos básicos, a saber: el tiempo, la muerte, el amor y la dignidad humana.
Palabras y memorias de un escritor es en el fondo un documental escrito, un recorrido abierto que nos invita  a viajar con el autor por ese proceloso río de la vida de José Luis Sampedro. Al fin y al cabo, la vida de un hombre, sus proyectos materiales e ilusiones, crecen como un árbol, con ramificaciones que fructifican y otras que se agostan, pero al fin el árbol se alza completo y se nos muestra en toda su armónica belleza, que no se revela más que en su conjunto, en su total espectáculo de plenitud al final de sus días. Así, analizar la obra completa de un escritor, definir su escritura -cómo está hecha y dónde está situada-; en suma, aproximarse a su significado total, supone acercarse a la última dimensión de su biografía.

Concluyo con un buen video recopilatorio de su pensamiento. Gracias, José Luis, por habernos hecho mejores. D.E.P.




sábado, 6 de abril de 2013

MINGOTE. UN GENIO DEL SIGLO XX... Y DEL XXI


APROXIMACIÓN BIOGRÁFICA (VI)
Dibujo de Isabel
En 1964 se separó de su primera esposa y en 1966 se casó con la que sería la mujer de su vida, Isabel Vigiola, secretaria del cineasta y escritor, Edgar Neville, al que admiró y con el que mantuvo una gran amistad, hasta el punto que el día del fallecimiento del cineasta compartió con él sus últimas horas haciendo fotos en su piso.
Mingote, Isabel y Edgar Neville
En 1967, la editorial Prensa Española instituyó el Premio Mingote para humor y periodismo gráfico y se lo concedió en su primera edición. Dos años más tarde, comenzó su labor como guionista cinematográfico con Soltera y madre en la vida para el productor y amigo José Luis Dibildos, película que dirigió al año siguiente Javier Aguirre. En 1970 publicó Hombre solo, quizá su libro más personal y definitorio. En 1971 creó su popular personaje “Gundisalvo”, por el que recibió el Popular de Pueblo. Unos años más tarde fue llevado al cine por Pedro Lazaga en su film, Vota a Gundisalvo.

En 1974 estrenó El oso y el madrileño, comedia que cosechó un importante éxito. Ese mismo año escribió para Televisión Española (en los años sesenta ya había hecho colaboraciones gráficas para el programa Sonría por favor y diseñado los decorados de la mítica El asfalto, de las inolvidables Historias para no dormir), por encargo de Chicho Ibáñez Serrador, Este señor de negro, dirigida por Antonio Mercero y protagonizada por José Luis López Vázquez, con la que consiguió múltiples premios y reconocimientos.


miércoles, 3 de abril de 2013

MINGOTE. UN GENIO DEL SIGLO XX... Y DEL XXI


APROXIMACIÓN BIOGRÁFICA (V)

Hoy se cumple un año de la muerte de Mingote. Para conmemorarlo la revista cultural TURIA, Nº 105-106 me encargó un artículo divulgativo sobre su trayectoria profesional y personal del que salen las diferentes entradas que voy publicando en este blog, evidentemente sin el apoyo gráfico que posibilita esta herramienta.

En 1954 comenzó a colaborar en la revista Semana con “Historia de la Gente”, colaboraciones que reunió en formato libro para la editorial Taurus en 1955, con el que consiguió todo un éxito de ventas, de hecho, Jan Read hizo una síntesis de él que se publicó en inglés y japonés. Este mismo año se casó por primera vez y tuvo a su hijo Carlos.
Tras la aventura de dirigir Don José, en 1956 fue elegido miembro de la Legión del Humor y uno de sus chistes fue reproducido en el Daily Telegraph (también lo hizo en otras ocasiones en The New York Times y en The Times Wednesday), al tiempo que publicaba su libro Chistes. 1953-1955, con prólogo de su gran amigo Edgar Neville. Al año siguiente, vio la luz su libro Pequeño Planeta, con prólogo de Rafael Azcona. Se sucedieron las publicaciones, los estrenos de obras de teatro y revistas, y comenzó el festival de premios cuya enumeración sería interminable: la Orden de Isabel la Católica, la medalla de oro al Mérito en el Trabajo, el "Premio Quevedos" -equivalente al Cervantes de Literatura-, el "Gat Perich" y la medalla de oro al "Mérito en las Bellas Artes", doctor honoris causa por la Universidad de Alcalá de Henares y por la Universidad Rey Juan Carlos.
Honoris causa por la Universidad de Alcalá de Henares

Su actividad creativa eclosionó a partir de 1958 y fueron legión sus ilustraciones para libros de amigos y compañeros: Operación C-1, de Enrique Llovet; Los ilusos, de Azcona; Discomanía, de Raúl Matas; Viaje al calor, junto a Goñi y Chúmez, etc. Actividad que desarrolló durante toda su vida para infinidad de escritores: Ussía, Coll, Vizcaíno Casas, Joaquín Calvo Sotelo, Luis Sagi-Vela, Fernando Díaz Plaja, Rafael Escamilla, Rodríguez Adrados, José Antonio Marina, Sánchez Ron o el mismísimo Casillas, entre otros muchos. Nunca supo decir no.
Por otra parte, publicó todos los años uno o varios libros hasta casi llegar al medio centenar. Sus temas fueron muy variados: Madrid, la mujer, las costumbres de los españoles, las situaciones sociales, la política, corrupciones varias, la justicia –y la injusticia-, los pobres, la intolerancia, etc. 

lunes, 1 de abril de 2013

MINGOTE. UN GENIO DEL SIGLO XX... Y DEL XXI

APROXIMACIÓN BIOGRÁFICA (IV)

Con Azcona


Desde su ingreso en La Codorniz no dejó de dibujar y escribir. Publicó su primera novela, Las palmeras de cartón, en 1948, ilustrada por Goñi, uno de los grandes dibujantes de la época y buen amigo suyo.
En 1951 trabajó durante algún tiempo para la agencia publicitaria Clarín. En 1953 pasó a la reserva en el ejército con el grado de capitán y se dedicó a la creación en cuerpo y alma. Frecuentaba los cafés - Varela, Comercial, Gijón, etc.- y participaba en sus tertulias, acompañado de sus inseparables Carlos Clarimón y Rafael Azcona, al que apadrinaría en su ingreso en La Codorniz.
Cartel diseñado por Mingote

Primer chiste de Mingote en el ABC
Fue Paco Martín, en aquellos momentos codirector de la citada agencia de publicidad, quien llevó sus dibujos a Torcuato Luca de Tena, director del periódico ABC. Su primera viñeta para el rotativo madrileño apareció publicada el viernes 19 de junio de 1953. Al parecer no era la que Mingote hubiera deseado, pero lo cierto es que supuso el inicio de una larga y fructífera simbiosis periódico-dibujante cimentada más en lo afectivo que en criterios economicistas y laborales. Desde ese momento publicaría un chiste diario hasta su muerte, cincuenta y nueve años de complicidad y aproximadamente unos 25.000 dibujos, (también colaboró, entre otras publicaciones, con Al Loro,  Gente Menuda, Blanco y Negro; en los tebeos Boy, Rumbo al sur, y en la revista Interviú en los años ochenta), su tarea fue titánica, propia de un estajanovista comprometido con un diario a cuya cita no faltó ni un solo día, hasta el punto que se hizo popular la afirmación de que “lo más serio del ABC es el humor de Mingote”. A veces, la cosa era tan seria que terminaba ante el Tribunal de Orden Público, como aquella del chiste que representaba una botella con tapón irrellenable donde ponía “Reserva espiritual de occidente” y en el pie se recogía una noticia de prensa, según la cual, España era el país europeo con mayor índice de fraude. Le acusaron de ultraje a la nación, pero al final resultó absuelto.