Tristemente la realidad se impone y ayer se comunicaba la muerte del economista y escritor José Luis Sampedro. Como homenaje a su persona y a su obra, recupero una reseña del libro del escritor y profesor turolense, Francisco Martín Martín, Palabras y memorias de un escritor: José Luis Sampedro (Netbiblo, 2007), que publiqué hace algún tiempo en la revista cultural TURIA N. 85-86 (marzo-mayo 2008), p. 482-484. Descanse en paz este humanista de nuestro tiempo que dedicó su vida a mejorar el mundo, nuestro mundo. Lo recordaremos en su obra.
José Luis Sampedro es un hombre
realista, sencillo y humilde, de talante humano y de enorme talento literario,
cree en el ser humano y aspira a mejorarlo, un intelectual en el que se funden
el economista y el literato (novelista, autor teatral y poeta), un renacentista
del siglo XXI comprometido con su tiempo, un humanista en el pleno sentido
machadiano de la palabra bueno. De él dijo Fernando Morán que era un “educador
cívico” de la talla de Aranguren y Tierno Galván, como han venido a demostrar
su trayectoria vital y su obra. No se equivocó en absoluto. Pese a todo,
la escritura de Sampedro no ha gozado
hasta la fecha del favor de la crítica ni de los teóricos de la literatura,
tampoco lo contrario, más bien podría decirse que ha pasado sin pena ni gloria,
instalándose en una especie de indiferente limbo parnasiano del que viene a
rescatarla el completo estudio del profesor Francisco Martín, Palabras y
memorias de un escritor: José Luis Sampedro (Netbiblo, 2007), fruto de su
tesis doctoral, que se nos presenta en forma de ameno ensayo despojado de la
mayor parte del aparato crítico erudito, con la finalidad de hacer más amena su
lectura y aproximarla al común de los mortales, pero sin olvidar en ningún
momento el rigor científico y la solidez argumentativa propias de estas
exhaustivas investigaciones universitarias.
Como nos anticipa el título del trabajo de Francisco
Martín, Palabras y memorias de un
escritor es un estudio detallado de cada una de las perspectivas que
conforman la obra de José Luis Sampedro y, como reclamaba el poeta y ensayista
W. H. Auden, de la relación ideológica que se establece entre biografía,
historia y literatura. Así, son numerosos los factores que influyen en el
carácter multicultural de la creación sampedriana: por un lado, el hecho de que
tanto sus padres como dos de sus abuelos hubieran nacido fuera de España (su
padre en la Habana ,
su madre en Orán, el abuelo en Manila y la abuela en Lugano); por otra, su
condición de viajero impenitente, de intelectual nómada, cuya infancia se
reparte entre Tánger, Cihuela (Soria) y Zaragoza; su adolescencia en Aranjuez,
de cuyos recuerdos se nutren dos de sus mejores novelas, Real Sitio y El
río que nos lleva, y Madrid, donde con dieciocho años ganó las oposiciones
a funcionario de Aduanas, para más tarde trasladarse a Santander, donde le
sorprendió la Guerra
Civil. A su término se matriculó en la Facultad de Ciencias
Políticas y Económicas, licenciándose en 1947, para poco después conseguir la Cátedra de Estructura
Económica de la
Universidad Complutense. A finales de la década de los
sesenta, como consecuencia de las deportaciones de catedráticos de la Universidad , se exilió
a Gran Bretaña, donde ejerció su magisterio en las Universidades de Liverpool y
Salford. Desde 1977 hasta 1979 fue senador por designación real y en 1990 fue
elegido miembro de la
Real Academia Española (su discurso de ingreso, “Desde la
frontera”, tiene mucho que ver, en particular, con el tema de su obra La
vieja sirena y, en general, con su filosofía existencial, pues se trata de
un canto a la vida, al amor y a la tolerancia. En este sentido, conviene
recordar la importancia que dentro de la obra de Sampedro tienen las zonas
ambiguas de la vida, las zonas divisorias, las fronteras).
En el prólogo del libro, Francisco Martín ya
nos anticipa sus pretensiones fundamentales: en primer lugar, dejar clara la
unidad global de la creación sampedriana, pues su obra, afirma, “se articula
como un conjunto organizado de elementos múltiples en relación”; en segundo,
señalar que “ese conjunto no es estable ni definitivo; además, del dinamismo
que encierran sus relaciones internas, está la conexión con el exterior y
reacciona frente a los impulsos que recibe de fuera”. El estudio lo ha dividido
en dos etapas y tres partes: una primera compuesta por “Novelas de aprendizaje”
(1935-1947) y “La narrativa de una etapa intermedia” (1947-1970); y una final,
“Segundo acceso a una narrativa en evolución”, que arrancaría en 1981 con la novela
más conocida y reconocida de Sampedro, Octubre, octubre, hasta la
publicación de su último libro en 2006, La senda del drago. Incluye
también, junto a las pertinentes conclusiones finales, una exhaustiva
bibliografía de y sobre José Luis Sampedro (en su totalidad el estudio supone
un enorme esfuerzo de recuperación bibliográfica con el que trata de acercarnos
la opinión de la crítica y del público sobre su obra con la finalidad de
enmarcar la realidad contextual y literaria de la misma) y una serie de anexos
de sumo interés. La lectura de Francisco Martín abarca y ordena todos los focos
temáticos de la escritura sampedriana, así como también todos sus géneros
(teatro, novela, cuento, e incluso, poesía). Para Martín, el indisoluble
vínculo entre ética y estética en su literatura es una de las característica
más determinantes, que se corresponde al mismo tiempo con su actitud vital,
configurándose de esta forma un escritor de gran rigor intelectual y sólida
conciencia social que construye su universo literario sobre cuatro pilares
temáticos básicos, a saber: el tiempo, la muerte, el amor y la dignidad humana.
Palabras y memorias de un
escritor es en el fondo un documental escrito, un recorrido abierto que nos
invita a viajar con el autor por ese
proceloso río de la vida de José Luis Sampedro. Al fin y al cabo, la vida de un
hombre, sus proyectos materiales e ilusiones, crecen como un árbol, con
ramificaciones que fructifican y otras que se agostan, pero al fin el árbol se
alza completo y se nos muestra en toda su armónica belleza, que no se revela
más que en su conjunto, en su total espectáculo de plenitud al final de sus
días. Así, analizar la obra completa de un escritor, definir su escritura -cómo
está hecha y dónde está situada-; en suma, aproximarse a su significado total,
supone acercarse a la última dimensión de su biografía.
Concluyo con un buen video recopilatorio de su pensamiento. Gracias, José Luis, por habernos hecho mejores. D.E.P.
No hay comentarios:
Publicar un comentario