CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

lunes, 8 de mayo de 2017

PRESENTACIÓN EN LA FERIA DEL LIBRO DE VOCES TUROLENSES EN LA LÍRICA (II). EL BAJO VICTORIANO REDONDO DEL CASTILLO


El próximo 13 de mayo, sábado, a las 13 h., en La Glorieta, dentro de los actos de la Feria del Libro, presentaré Voces turolenses en la lírica (II). El bajo Victoriano Redondo del Castillo. Un chaliapin aragonés, editado de nuevo por Muñoz Moya. Os dejo el programa de la Feria.



Continuando con el propósito principal que nos propusimos al comenzar con el proyecto global de Voces turolenses en la lírica, si en su primera entrega nos ocupábamos de dos importantes tenores turolenses del siglo pasado como fueron Amable Leal y Pascual Albero, en esta ocasión nuestro pretensión ha sido la de reconstruir la trayectoria vital y profesional de Victoriano Redondo del Castillo, con la finalidad de recuperar para la historia de la música española a uno de los bajos más importantes del primer tercio del siglo XX, para ello hemos utilizado la prensa digitalizada de la época y lo que queda del archivo del cantante, puesto amablemente a nuestra disposición por su hijo, Victoriano Redondo Ledo, que también ha querido colaborar con nosotros con unas palabras en su recuerdo, incluidas en apéndice, en las que rememora de manera entrañable divertidas anécdotas protagonizadas por él mismo y que su padre perpetuó contándolas a amigos y conocidos. 


Hemos incluido también en apéndices algunas cartas que Victoriano escribió a Guillermo Fernández-Shaw, digitalizadas por la Fundación Juan March, de Madrid, disponibles en la Web: http://www.march.es/bibliotecas/ De igual forma, la Biblioteca de Cataluña, en su Sección de Manuscritos, Colección Correspondencia de Amadeo Vives, nos remitió dos cartas del bajo dirigidas al afamado compositor. En este sentido vaya desde aquí nuestro agradecimiento para ambas instituciones por su inestimable colaboración y eficacia.

Completamos los apéndices con un amplio álbum fotográfico dividido en diferentes apartados que contemplan fotos de algunas de sus caracterizaciones más destacadas, fotos de estrenos, de prensa, de estudio, familiares, dedicadas por compositores y cantantes, para cerrar con una serie de poemas homenaje a su persona que fueron publicados en su momento en diferentes medios.

Como ya anticipábamos en la entrega anterior, con ser importante el objetivo expuesto, aún lo es todavía más el de recuperar, cuando nos es posible, las voces de los protagonistas, en este caso tan sólo podemos ofrecer dos temas, ambos pertenecientes a la zarzuela del maestro Amadeo Vives, La Villana, cantables, como hemos anticipado, compuestos especialmente para él por decisión expresa del maestro, quien tras su prematura muerte reconoció que nunca nadie los volvería a cantar como él, y con los que consiguió uno de sus mayores éxitos de su carrera como bajo, son pocos, pero significativos y en ellos se puede apreciar, siquiera parcialmente, la calidad y el color de su voz. Como complemento hemos querido también incluir dos piezas musicales pertenecientes a Baturra de temple, zarzuela cuyo libreto escribió Victoriano, para con ellas aproximarnos a su faceta de escritor.


De la vida, trayectoria profesional y producción musical del bajo Victoriano Redondo del Castillo no hay ningún estudio completo, ni siquiera aproximado. Tan sólo en las obras de referencia de la música clásica encontramos breves semblanzas biográficas que en su mayoría aportan los mismos datos, presentan idénticas lagunas y perpetúan por copia los mismos errores, que se reproducen una y otra vez e incluso se incrementan. Así, por ejemplo, el diccionario de la SGAE tan sólo le dedica cinco líneas y lo sitúa en la tesitura de tenor, cuando Redondo del Castillo fue, sin duda, el bajo aragonés más importante del siglo XX y uno de los más destacados de España en la década de los veinte. 

De igual forma, todos fechan su nacimiento en 1900 en Teruel capital, cuando nació en Alfambra en 1891. Tampoco ninguno de ellos facilita la fecha de su muerte, que tuvo lugar en Madrid en 1933, limitándose a decir que a partir de los años treinta su rastro se desvanece cual fantasma de la ópera. 

Victoriano Redondo del Castillo fue un gran bajo que tuvo en repertorio cuarenta y tres óperas, cantó en teatros de primera categoría de España, Italia, Holanda, Argentina y Uruguay, compartió cartel con voces de la categoría de Tito Schipa, Giuseppe Anselmi, Aureliano Pertile, Giacomo Lauri-Volpi, Miguel Fleta, Elvira de Hidalgo, y un largo etcétera, estrenó algunas de las obras más importantes del gran Amadeo Vives, como Balada de carnaval y La villana, en la cual pidió a los libretistas que incluyeran un personaje, el judío David, escrito expresamente para él y le compuso varios cantables ajustados a la medida de su voz, años después, ya muerto Victoriano, reconocería que nunca nadie los cantó como él. La crítica especializada siempre destacó sus acertadas caracterizaciones (esta cuestión puede comprobarse en el apéndice fotográfico dedicado a los principales personajes de su carrera artística: Mefistófeles en Fausto; Rufo en Maruxa; Don Lucas del Cigarral en la zarzuela de su mismo nombre, etc.), su elegancia como actor y la potencia, vigor y amplitud de su voz, capaz de ejecutar con solvencia todas las tesituras de la misma, desde la de bajo profundo (bajo noble), tan propia de las óperas rusas, por ejemplo la del protagonista de Boris Godunov, pasando por el bajo dramático “normal”, el bajo-barítono característico de la ópera alemana y casi específico de la wagneriana, caso del personaje Wotan de La Walkiria, hasta el bajo bufo de la ópera bufa italiana, al que se le exige cierta agilidad, por ejemplo el personaje de don Bartolo en El barbero de Sevilla.

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