Dramaturgo
Son
varias las referencias en periódicos locales de la época que documentan la
presencia de obras teatrales escritas por Cano y representadas por actores
aficionados de la ciudad en el Teatro Marín (por ejemplo, la titulada, Siempre que tú y yo pleiteamos). De
hecho, en 1932 vería la luz un tomito titulado Mi teatro, con cinco de
ellas. Dos, según señalan las críticas de diferentes periódicos, tanto locales
(La Voz de Teruel y El Turia), como regionales (La Voz de Aragón) y nacionales (El Sol), corresponden a lo que podría
denominarse sainetes de costumbres aragonesas, es el caso de Los tragos del tío Regino, o en Aragón todo
es vino y Quiero salir concejal.
Por su parte, Las funcionarias parece ser era un juguete cómico, mientras que las
dos últimas, según comentan los reseñistas, tenían pretensiones vanguardistas, pero
se ajustaban más a una especie de teatro romántico, simbólico y poético, es el
caso de Leyenda de un sueño (en El Sol es catalogada como “poema
escénico”) y El caballero de las noches
blancas (calificada por el propio Cano como “farsa de vanguardia en cuatro
cuadros”, mientras que el crítico de El
Turia dice ver en ella un “romanticismo modernista”, pleno de bellas y
novedosas imágenes, donde cree percibir en ocasiones la huella de Valle Inclán
e, incluso, del mismo Shakespeare).
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