Novelista
Poco podemos aportar sobre su labor
como novelista, pues no hemos leído nada de Antonio Cano en este sentido, tan
solo, como aproximación a esta faceta, expondremos brevemente las aportaciones
esenciales que en el citado artículo de Enrique Serrano se exponen sobre El hombre que no tuvo Ángel de la Guarda,
cuyo fantástico y surrealista argumento resume de la siguiente manera:
En el ámbito de una familia de tres hermanos de edad madura que viven
solos (Amada, Flora, Perfecto, nombres simbólicos e irónicos), tienen lugar
sistemáticamente palizas sobre el varón, un jorobado de pocas luces. Una de
ellas es interrumpida a causa de los golpes dados en la puerta por un
desconocido visitante, al que no se abre. Amada cree que puede ser el Ángel de
la Guarda de Perfecto. Este encuentra en una tienda a Metodia y ve en ella al
presunto salvador. Metodia es la 26ª hija de don Pródigo, empresario de pompas
fúnebres, viudo cinco veces y padre de otros veinticinco hijos, ya muertos. Un
amigo suyo es don Parco. Se trata de un amante del espiritismo que cree tener a
su esposa reencarnada en un paraguas.
Cierto día los dos amigos y Metodia se dirigen a una sesión ocultista,
cuando son vistos por Perfecto, que ha sido enviado a un recado por sus
hermanas. No sólo se retrasa en su misión, sino que pierde las sardinas objeto
de la salida. Al regresar a casa, se suscita una discusión en la que Flora
ofende al supuesto ángel. La paciencia de Perfecto se acaba, intenta
estrangular a su hermana y la da por muerta, aunque sólo está desmayada. En la
huida, se refugia en la funeraria dentro de un ataúd. Es descubierto al día
siguiente en una situación que Perfecto considera el Juicio Final y, deshecho
su error, devuelto a casa. Muere Metodia y Perfecto intenta volar arrojándose
de un puente con unas alas de papel. El párrafo final, “estrella 13ª”, es un
baile de don Pródigo y don Parco sobre la tumba de Metodia, con la intención de
hacer reír a la joven.
A su juicio, se trata de “una novela
de humor negro que termina por caer en el absurdo y hasta en el nihilismo”, que
relaciona con el “tipo de humor que se impone en la narrativa española en los
años veinte…”, ligado a la recepción en España de los movimientos vanguardistas
europeos. De igual forma, también cree ver un cierto influjo del “esperpento de
Valle-Inclán, con lo que esto supone de compromiso con la inmediata historia
del país.”
También dentro del humor parece ser
que se inscriben sus escritos El fantasma
de Andaquilla, y La leyenda de Peirón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario