CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

domingo, 11 de septiembre de 2011

LUIS MILLÁN SÁNCHEZ "EL TERUEL" (III): UNA ALTERNATIVA DE IDA Y VUELTA.

Luis Millán comiéndole el cuerno al novillo (Todocolección)
            No comenzó bien la temporada del año 1972, pues fue herido por el primero de su lote a principios de marzo en la feria de la Magdalena de Castellón; sin embargo, a pesar de la gravedad de la cogida dio muerte al toro y ya en la enfermería recibió una oreja como premio a su faena y pundonor.
            El treinta de abril toreó en Zaragoza y consiguió un trofeo. Repitió en junio junto a “El Niño de la Capea” y “El Mesías”. El 7 de julio lo hizo en la novillada de la Vaquilla siendo el triunfador de la tarde con dos orejas, rabo y dos vueltas al ruedo en una tarde inolvidable que compartió con José Ortega y Pepín Peña. Este mismo cartel se repitió el 24 de septiembre para el jamón, consiguiendo cada uno de ellos una oreja.
            El 25 de julio se presentó en la monumental de Madrid junto con Ángel Llorente y Pedrín Castañeda con toros de Flores Albarrán. Fue un triunfo memorable, con el primero cortó dos orejas y otra más en el último del festejo, saliendo a hombros de la plaza.
            En septiembre volvió a las Ventas, pero las cosas no fueron iguales, un espectador le increpó durante la faena de su primer novillo, el fuerte carácter del diestro y la tensión de la lidia le hicieron perder los nervios y se enzarzó en una discusión con el citado espectador, pronto fueron muchos los que lo abucheaban y terminó protagonizando un verdadero escándalo que recogió la prensa del momento.  Incluimos aquí recorte de Flores y abejas, donde se recoge el incidente:  
    
             Aunque Aniceto Blasco señala que a raíz de estos incidentes "nunca más volvió a pisar el coso madrileño", lo cierto es que sí lo hizo al año siguiente en una novillada que tuvo lugar el 18 de marzo, como se puede ver en el siguiente cartel anunciador:

          Junto a los hechos señalados, lo que quizá sí marcó su carrera fue que Luis Millán no se plegó en ningún momento a las exigencias económicas que le quiso imponer el importante empresario taurino, Alberto Alonso, quien junto con Jardón, regentaban por aquel entonces las importantes plazas de Madrid, Valencia y Castellón, cuestión que si debió de marcar la carrera del torero turolense.
            Tras la desagradable situación descrita, toreó cuatro novilladas antes de encarar su alternativa, fechada para el siete de julio de 1973, en Teruel. Alternativa que se malogró al ser herido de cierta gravedad en uno de los primeros lances con el capote en el toro de la ceremonía. Tomás Ortiz, el crítico del Diario de Teruel, describió así los sucedido: “Era un día grande para el muchacho. Era el día de su alternativa. Era estar entre sus paisanos porque para ello es de donde salió torero. El muchacho hasta había estrenado terno, un “vestío” como dicen los taurinos, color tabaco y oro. Estaba ilusionado. Por la mañana de su alternativa no había querido ir al “apartao”, sin embargo, sí había estado junto a un grupo de amigos comentando las circunstancias de su enorme responsabilidad: del día de su alternativa que debía significar mucho en su vocación, en su vida taurina. Llegó la hora. En el patio de caballos todo eran saludos y deseos de que el triunfo llegara; todo eran beneplácitos; fotografías junto a sus incondicionales; era el sabor de la alegría innata en todos los que deseaban lo mejor para el torero; sin embargo, esa alegría se tornó, como las nubes que arrastran tormenta, en dolor y tristeza. Es... Es el ansia de un triunfo ante los suyos; es un nuevo tropiezo; una nueva cogida, de querer ser el mejor, el único ante los incondicionales y esto le pasó a Luis Millán, este torero que es todo pundonor, fuerza y vergüenza torera cada vez que hace el paseíllo en cualquiera de los cosos españoles. Y así sucedió. Se hizo el paseíllo y la ovación fue de gala. Enfundado en su “vestío” de tabaco y oro. Luis Millán estaba junto a Paquirri y a Manolo Cortés. Uno, que debía ser el padrino de la ceremonia de ser “matador de toros” y otro que sería el testigo. Testigo, como los muchos aficionados que asistieron al espectáculo taurino, ya que debido a esta alternativa, nada más que por esa alternativa, cubrieron prácticamente las gradas del coso turolense. Todo se brindaba al espectáculo hasta que…
            Salió por chiqueros el toro y lo recibió con el capote Luis Millán. Un primer lance sin rectificar, otro de igual factura y un tercero “medio afarolado”. Sin embargo, llega el intento de hacer por cuarta vez el pase capoteril y Luis se ve enganchado por el pitón del burel. Es el dolor. Dolor que se ve plasmado en los semblantes de todos los aficionados, mucho más por el callejón de la plaza. Es el dolor y lo irremediable. Luego, ya en la enfermería, se le hace la primera cura. El muchacho no pierde el conocimiento pese a la gravedad que lleva dentro de sí. Le hacen la primera cura y cuando Luis ve que se  encuentra fuerte y aún falta el último toro que salir por chiqueros, arremete, sí arremete contra todos los que están curando sus heridas y salta de la mesa de operaciones porque quiere estar en la fiesta. Quiere estar ante sus paisanos y amigos y demostrarles su valor inigualable y su vergüenza torera…”
            Tras recuperarse de las graves heridas sufridas, se vuelve a anunciar la alternativa para el día treinta de septiembre, pero la corrida se suspendió por la mañana al quedar impracticable el albero debido a una fuerte tormenta que descarga sobre Teruel
            Por fin, el 7 de octubre, en la plaza de toros de Zaragoza, formando parte del mismo cartel anunciado una semana antes para Teruel en la corrida suspendida por la lluvia, recibió la tan ansiada alternativa de manos de Julián García en presencia de Luis Algara “El Estudiante”, con toros de don Carlos Sánchez Rico. Según relata Aniceto Blasco, fue una tarde triunfal ya que cortó las dos orejas y el rabo del toro “Corcito”, el de su alternativa, sumando una más en el que cerró el festejo. Los tres matadores y el mayoral de la ganadería salieron a hombros de la plaza.
            Aquí acabó la carrera taurina de Luis Millán, “El Teruel”, después de tomar su alternativa, nunca más volvió a vestir el traje de luces y su vida se fue diluyendo en la niebla del olvido precipitándose en una continua caída a los infiernos como veremos en la última entrega.

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