CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

viernes, 24 de enero de 2014

RESEÑA. DAVID LOZANO: "HEREJÍA"


Reseña publicada en el suplemento del Heraldo, "Artes y Letras".

          ESPÍAS EN LA INQUISICIÓN


   El título de la última obra de David Lozano, Herejía, como su ambientación en la Zaragoza del “año del Señor de 1493”, pueden hacer pensar al lector no avisado que se encuentra ante una novela histórica, pero lo cierto es que se trata de una novela de aventuras juvenil –protagonista adolescente, lenguaje sencillo, breves descripciones, etc.-, con un toque romántico, que igual podría suceder en la España franquista, la Alemania nazi o la Unión Soviética de Stalin, escenarios todos ellos propicios para fanatismos de diversa índole y sus consecuencias: intolerancias y persecuciones, envidias y denuncias vecinales, intrigas y corrupciones, etc. En suma, momentos oscuros de la historia caracterizados por el terror y la represión, en los que las miserias humanas se ponen al descubierto con su máxima crudeza.
   El trabajo de documentación histórica está, pero no pesa, para David Lozano la narración es lo que cuenta, o mejor aún, el ritmo vertiginoso de la acción, casi cinematográfico –comienzo in media res, acciones paralelas, diálogos fluidos, etc.-, todo lo demás –el escenario, los personajes, el tema y su trasfondo moral, etc.- es secundario.
   La Baja Edad Media, con su integrismo religioso, codicioso y corrupto, cuya manifestación más palmaria e inquietante en forma de pesadilla histórica se denominó el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, es el telón de fondo elegido por David Lozano para desarrollar su argumento: un joven noble, Luis de Ortuña, regresa a su casa en Aragón y encuentra a su padre preso bajo falsas acusaciones de herejía. Ayudado por un grupo de fieles amigos, emprenderá su rescate infiltrado como secretario del ambicioso y cruel inquisidor, el dominico fray Agustín de Saviñán. El tiempo apremia, el Rey don Fernando retorna a la ciudad y a su llegada, o bien el proceso está ya resuelto con la sentencia de culpabilidad firmada, o bien han conseguido liberar al reo y la trama de corrupción ha sido puesta al descubierto. Como se pueden imaginar, el tema del plazo confiere al relato velocidad narrativa y tensión lectora.
   La aventura de Ginés de Alcoy, alter ego de Luis de Ortuña, es un viaje iniciático en el que el joven comprenderá bajo su disfraz de colaborador-espía de la inquisición la verdadero valor de palabras como justicia, violencia, crueldad, dolor, misericordia, envidia, amistad, lealtad, traición… Y, cómo no, amor. Tras la difícil experiencia, saldrá fortalecido, transformado en hombre. Efectivamente, de alguna manera, Herejía es una novela de aprendizaje –Bildungsroman-, si bien tiene mucho de maniquea en sus personajes, en especial los masculinos –Orduña versus Saviñán-. Más redondos son los femeninos, caso de la un tanto atípica para la época Priora, Catalina de Bolea, y  la más real, Ana de Saviñán.
   A pesar de la afinidad de los títulos y del marco histórico elegido para sus narraciones, la novela de David Lozano poco tiene que ver con la de Miguel Delibes, El Hereje, ni, por citar algún otro ejemplo, con la de Antonio Orejudo, Reconstrucción, sus pretensiones últimas son distintas. En puridad, Herejía es una novela de espías ambientada en tiempos de la Inquisición medieval con sus intrigas, falsas identidades, traiciones, amores peligrosos, etc., cuya finalidad principal es hacer pasar un buen rato al lector.  Y a fe mía que lo consigue.

DAVID LOZANO, Herejía, Madrid, SM, 2013.


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