POESÍA (II)
El artículo completo en TURIA NÚM. 124
Así llegamos a
la obra magna del gran valedor de la historia, el notario letraherido con
aspiraciones de poeta, Juan Yagüe de Salas, quien en 1616 publicó su Epopeya trágica, un poema narrativo de
corte culterano, con fuerte sabor costumbrista, frecuentes alusiones
mitológicas, digresiones escolásticas, citas de poetas clásicos, griegos y
latinos, bíblicas, etc., en total 20.043 endecasílabos en los que utiliza
aspectos y detalles amantistas aparecidos con antelación en Villalba y Huerta.
Yagüe de Salas buscó para su Epopeya, previo pago, el apoyo explícito
de autores de prestigio contemporáneos, con el fin de refrendar con su
autoridad la calidad de su obra, así incluyó sonetos[1] laudatorios de escritores de la talla de
Cervantes, Lope de Vega, Guillén de Castro o Jerónimo de Salas Barbadillo -con
el que quizá le uniera algún parentesco y desde luego una importante amistad-, entre
otros. Estas composiciones fueron escritas probablemente durante la segunda mitad
de 1615, la de Cervantes es sin duda la de un escritor en la recta final de su
vida, trasluce la “voz cansada” de quien escribe con cierta desgana y por
compromiso una laudatio de
circunstancias. Por su parte, el soneto de Lope presenta más hondura, calidad y
tensión poética.
En 1958, en una publicación
miscelánea[3] se
incluye una composición poética de mérito compuesta de veinte estrofas
agrupadas en cuatro cantos del poeta cordobés Leopoldo de Luis titulada “El
Amor y la Muerte”.
Otro hito fundamental de la poética
amantista es la creación en 1962 del Certamen Poético de los Amantes, entre
cuyos premiados se encuentran poemas notables, caso de las de Carlos Luis de la Vega , reconocido amantista y creador
de la letra del Himno a los Amantes, merecedor de la flor natural en 1978 por
su soneto “Decídselo a la rosa: que no muera…” o el de la turolense Raquel
Lozano, “Fue por tus labios fríos cuando supe…”.
Gregorio Ambrosio Gómez es el poeta local que más los ha cantado, en 1969 les dedicó unas Coplas, en las que recreaba su historia y cantaba al amor. Casi treinta años más tarde volvió sobre el tema con el Romance del amor hallado (1997), y cinco años después realizó una nueva aportación poética con Un lugar para el amor. Historias y romances de Teruel y sus Amantes.
Ya en el siglo XXI es de reseñar por
su calidad literaria la selección de poemas de poetas aragoneses en torno a la
pasión y el amor de la antología coordinada por Manuel Martínez-Forega, Amantes. 88 poetas aragoneses (2017).
[1] Ya
unos años antes, en 1609, Cristóbal Suárez de Figueroa les dedicó un soneto
inserto en el Discurso II de La constante Amarilis.
[2]
Aunque no participó en esta obra colectiva, Miguel de Unamuno les dedicó
también un romance.
[3]Los Amantes de Teruel, volumen publicado
por el Instituto de Estudios Turolenses en el que recogen todas las obras
(poemas, ensayos, artículos, etc.) que con motivo del cuarto centenario del
descubrimiento de las momias de los Amantes se dieron a la imprenta en 1955.
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