CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

sábado, 23 de noviembre de 2019

ANTONIO CANO Y EL PRIMER CINE CLUB TUROLENSE (IV)


Caricaturista


   Antonio Cano no solo fue escritor, cultivó también el humorismo gráfico y la caricatura con gran maestría, como se puede apreciar en las numerosas muestras presentes en la prensa de la época.
       
  En una entrevista publicada en La Voz de Teruel (7-3-1928), el innominado autor de la misma comentaba al presentarlo: “ni sus caricaturas tienen parecido a las de Sirio, Fuente, Bagaria, ni a las de los humoristas Sama, K-Hito, López Rubio, etc.”, para afirmar que su caricatura es de un “humorismo tal, que refleja toda la psicología individual con líneas sencillamente aristocráticas."
Por su parte, Antonio Cano con sus respuestas va realizando un recorrido profesional por su faceta artística, comenta que su primera caricatura fue una publicada en el periódico El Noticiero del futbolista Morales, le pagaron dos duros y añade que para La Voz de Teruel había publicado hasta la fecha veintiuna y en la revista Picotazos quince, de igual forma, dice haber ilustrado obras de Alberto Casañal, Concha Espina y algunas de la publicación mensual zaragozana dedicada al fomento y difusión popular de la narrativa corta aragonesa, fundada y dirigida por Arturo Gil Losilla, la “Novela de viaje aragonesa”, y para la “Novela de los nóveles”.
De las publicadas en La Voz de Teruel hay una serie, “Cinematografía local”, dedicada a personajes populares de la ciudad,  integrada dentro de los más de cien trabajos que reunió y presentó en una exposición que tuvo lugar en noviembre de 1927. 

En otras ocasiones, dentro de la sección “Humor Nuevo”,  caricaturiza y relata por escrito particulares semblanzas de amigos, caso del pintor y profesor Ángel Novella o del humorista, escritor y corresponsal del diario Ahora de Madrid, José Valencia. 
       Sobre su habilidad con el dibujo y, en especial con la caricatura, en el citado artículo de José Luis Melero se hace referencia a una fantástica carta ilustrada  remitida en enero de 1935 por Cano a Ildefonso Manuel Gil acusándole recibo de La voz cálida, poemario publicado un mes antes, en la que junto a una graciosa caricatura del poeta, le confiesa con su “habitual tono humorístico, que se había hecho ‘fotógrafo de ángeles’ y que iba a especializarse en ‘retratos celestes para carnets’,  pues ‘creo que ahora en el cielo van a darles tarjetas de identidad a todos a fin de evitar intromisiones’, prometiéndole avisarle ‘si el negocio fuera bien’”, estupenda anécdota que define a nuestro juicio a la perfección la personalidad de Cano.
     

Cultivó también con gusto y éxito el humor gráfico en la prensa local, en especial en La Voz de Teruel.









El artículo completo se puede consultar en la revista de cine CABIRIA




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