VOLAR
SIN ALAS
POR
ELIFIO FELIZ DE VARGAS
Resulta complicado abordar
el tema de la libertad sin caer en tópicos grandilocuentes, acaso
trascendentales. Una tendencia difícil de eludir incluso
al aproximarse a sus expresiones más íntimas, a aquellas que se manifiestan de
forma inconsciente y cotidiana. Por eso parece acertado el recurso que emplea
Juan Villalba en su colección de relatos libertarios, donde tanto una
intrascendente anécdota, como el arriesgado proyecto vital de sus personajes,
sirven para poner en evidencia el disfrute del propio albedrío. El ansia de
libertad es común a todos ellos independientemente del momento, el lugar y las
circunstancias.
La adjetivación del título
en “Cuentos libertarios” puede inducir a error, ya que el uso frecuente del
término viene asociado a un credo político y, aunque en los relatos aparecen
ejemplos de ácratas reales y ficticios, la intencionalidad del calificativo es
otra mucho más amplia, al buscar como nexo de unión de la obra la devoción por
la propia libertad, la burla a cualquier influencia o cortapisa que trate de
determinar el camino a seguir por sus protagonistas. Una senda que puede
abrirse por las más diversas motivaciones, desde la fidelidad a los propios
ideales del ácrata redimido-reprimido por su suegra burguesa en De fosales, indios y monotes, a la
necesidad de supervivencia en el ambiente hostil descrito en Golpes, de los amores prohibidos en las
historias de La garçonne loca o en Te
esperaré bajo nuestra estrella, al egoísmo hedonista de la hilarante Historia del gran masturbador o el pecado de
corazón. En todos ellos hay un ansia
de evasión frente a una realidad que los atenaza y la huida se materializa en
forma de rebelión, lucha, viaje, incluso muerte en los casos más drásticos,
mientras que para otros sumergirse en el fantaseo y la ensoñación se convierten
en métodos menos arriesgados pero igualmente efectivos.
La pluralidad de personajes
y situaciones viene a ratificar la idea de que la libertad es una aspiración
universal -inoculada en algún punto del ser en el mismo momento en que tomamos
conciencia de nuestra individualidad-, obligada a acompañarnos, con más o menos
empeño y fortuna variable, a lo largo de la existencia. Es el incipiente
pálpito de que hay algo mejor, más acorde a nuestros deseos o simplemente diferente,
vedado por las reglas y convenciones del mundo adulto, lo que llevará al joven
protagonista de Duelo en OK Corral a
fundar su propio universo trascendiendo los márgenes de la pantalla del cine,
un territorio infinito y maleable donde un palo se convierte en arma letal
capaz de salvar a las víctimas del pérfido gallo balandrón que tiene
atemorizado al gallinero. Un relato que nos retrotrae a lugares comunes de la
infancia, con programas dobles en cines de pueblo o de barrio obrero, atestados
de chiquillería ansiosa de celuloide rayado y de algún acomodador airado
al que sacar de sus casillas, en la que
podemos intuir la voz de la memoria del propio autor.
Aquellos paisajes de su
Sarrión natal retornan en Misa Corpore
Insepulto, envueltos en una niebla tan densa como para desorientar a un
cortejo fúnebre camino del camposanto, en un bosquejo de libertarios,
librepensadores y libertinos rurales, atrapados en un mundo que no les
pertenece y del que se refugian entre las cuatro paredes de la taberna del abuelo
Florentín, donde se levanta el decrépito ateneo en el que una oratoria
sarcástica e irreverente se va desgranando al ritmo que marcan los chatos de
vino y las manos de cartas, huérfanas ya de su dueño que desde el más allá
contempla y anima a su nieto a vaciar el vaso del jugo que si no libera, al
menos libra del peso de las penas.
La travesura inocente deriva
en rebeldía para los personajes de Maneras
de vivir, una historia que destila la estética y los registros de los años
ochenta, cuando los gustos musicales o la forma de vestir parecían ser la
expresión máxima de libertad, generando el contrasentido de parcelar los
barrios y los lugares de ocio con acuerdo a cada opción, en muchos casos de
forma excluyente. Cruzar esas fronteras invisibles podría entenderse un logro,
nunca exento de riesgo, para el adolescente transgresor.
Surge así otra idea
recurrente en la obra, el peaje a pagar por perseguir nuestros sueños, no ya
por alcanzarlos, sino por el simple hecho de embarcarse en su búsqueda. Así
queda de manifiesto en la historia de Silvino Zafón, Niño de la Estrella, famoso novillero republicano caído en
desgracia tras la contienda y exiliado en Arles (Francia), donde malvive
atormentado por una cuenta de amores pendiente. Lo que no pudieron los toros
sobre la arena en tardes de sol y moscas, lo consiguió una Triumph Bonneville
de gran cilindrada revolcándolo en el asfalto mojado. Este relato, basado en
una historia real, ocupa un lugar privilegiado dentro de la colección, tanto
por su extensión como por la documentación y anécdotas que fue acumulando el
autor al seguir los pasos del matador, dejando abierto el camino a lo que
podría ser el anticipo de una buena novela.
Otro tanto se presume en las
líneas dedicadas a Segundo Espallargas, el gigante bajoaragonés, forzado por su
corpulencia y parecido físico con el campeón europeo de los pesos pesados
Paulino Uzcudun, a combatir en un ring de boxeo para animar las veladas de los
soldados alemanes en el campo de concentración de Mauthausen, arriesgada y agotadora
actividad que le servía de salvoconducto para su propia supervivencia. Un
ejemplo paradigmático de lucha en las circunstancias más pesimistas para la
libertad y para toda esperanza de recuperarla.
A pesar de la dureza de
estas versiones de historias reales incorporadas a la colección de relatos de
Juan Villalba, el estilo fluido y ameno, salpicado de guiños humorísticos o
socarrones, termina dejando una sensación optimista y esperanzadora, no siempre
por el alivio de un desenlace acorde a nuestros deseos, sino por el empeño
inquebrantable de sus protagonistas en perseguir un horizonte quimérico, que se
aleja a cada paso, como se intuye en la relajante imagen que sirve de portada a
estos Relatos libertarios.
Juan Villalba Sebastián, Relatos libertarios, Sarrión (Teruel), Muñoz Moya Editores, 2019.
Reseña publicada en la revista TURIA Nº 133-134 y en EL VIAJE DEL ANARQUISTA Y OTROS VIAJES
Reseña publicada en la revista TURIA Nº 133-134 y en EL VIAJE DEL ANARQUISTA Y OTROS VIAJES
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