MUERTE,
SACRIFICIO Y PARADOJA
El
escritor todoterreno y multipremiado, Francisco López Serrano, zaragozano de
Épila, ha ampliado su palmarés al resultar ganador del XXII Premio de Novela
Ciudad de Badajoz con Sacrifio. Diario de
un matarife, una historia de asesinatos en serie, corrosiva como el ácido
fluorhídrico, expuesta con una prosa tan afilada como la navaja de un barbero
loco y retacada en breves capítulos que, como balas expansivas, estallan
reventando las verdades absolutas y resquebrajando las certezas de todos los
ámbitos sociales: económico, político, educativo, cultural, mediático, judicial, carcelario, etc.
Como
se anticipa en el título, la novela adopta la camaleónica, proteica y
multiforme apariencia del “diario” que, capciosamente, López Serrano recubre
con el dulce amargor del chocolate del género negro (JHS, el protagonista, ha
cumplido veinte años de cárcel por matar a su amante, un crimen que no recuerda
haber cometido; en la actualidad trabaja en un matadero y vive una realidad
alienada, salpicada de brutales asesinatos de prostitutas, cuya autoría parece
llevar su firma) con el que engancha al lector para, desde la subjetividad de
un narrador en primera persona, lanzarle pedradas de crítica social y
abofetearlo a dos manos con el hígado de la reflexión filosófica y la cita
literaria o cinematográfica, justificada en la narración por la afición a la
lectura de su personaje principal siempre ávido de saber.
Con
una prosa sencilla y descarnada -minimalista incluso-, con frases como puñetazos,
propias del realismo sucio norteamericano o del “tremendismo-miserabilismo”
español, pero anestesiada continuamente por un humor negro salpimentado de
ironía -en ocasiones sangrante sarcasmo- y teñido todo por un tono elegíaco, a
veces transido de hondo lirismo (portentosa resulta, por ejemplo, la
descripción de la noche, pp. 122 y ss.), nos presenta esta ficción tan real
como la vida misma.
Con
el cebo de los horribles asesinatos de mujeres y la atracción por lo sórdido y
escatológico (no olvidemos que, como se dice en la novela, remedando al gran
Buñuel, “es peligroso asomarse al interior”), López Serrano trata multitud de
temas trascendentes y abstractos (la culpa, la justicia, la redención, el
sacrificio, la venganza, la soledad, el desamparo, la violencia…), mezclados
con otros más prosaicos y concretos, pero no menos importantes (la
prostitución, la droga, el yihadismo, el crimen, la seguridad, la manipulación
social, la enfermedad mental…) e íntimamente ligados con los anteriores, para,
entre todos, realizar el retrato de una sociedad hipócrita y paradójica, en la
que nada es lo que parece y rigen las estrategias de manipulación mediática
chomskianas: las cárceles no son, como se dice, escuelas
de reinserción, sino de delincuentes; la prensa no informa, desinforma; la
inseguridad es la base de la seguridad, privada y de las naciones; el amigo
actual es el enemigo del futuro; la muerte sirve para preservar la vida…
Aparentes
contrasentidos sobre los que se estructura Sacrificio.
Diario de un matarife. La palabra paradoja deviene del griego y significa
algo así como lo que es más allá de lo creíble, inesperado o singular. Refleja
la existencia de contradicciones lógicas en razonamientos que, en un primer
sentido, parecen obvios y mediante esta figura literaria de pensamiento usada
en continuidad, López Serrano acorrala al lector hasta que la realidad próxima
y cotidiana se va transformando en algo extraordinario, mágico y surreal, pero
posible.
“Osar morir da la vida, da la vida osar
morir”, se afirma en un momento de la novela citando a John Donne. Muerte,
sacrificio y paradoja, este es su eje vertebrador y el dilema moral que deberá
resolver el lector: ¿Se sustenta el orden y la paz de una parte del mundo sobre
el desorden y la violencia de otra? ¿Es lícito que, para que unos vivan, otros
deban morir? Pasen, disfruten y piensen: las manchas de sangre no son fáciles
de quitar y más si son de inocentes. Siempre resulta peligroso “asomarse al
interior”, razón tenía don Luis, y Umberto Eco, quien dijo que el texto, el
buen texto, es una máquina perezosa y que el lector debía hacer la otra mitad
del trabajo, cráneos privilegiados.-
Reseña publicada en la revista TURIA Nº 133-134
Francisco
López Serrano, Sacrificio. Diario de un
matarife, Sevilla, Algaida, 2019.
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