CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

viernes, 3 de mayo de 2013

MINGOTE. UN GENIO DEL SIGLO XX... Y DEL XXI


NARRADOR.

Las palmeras de cartón (1948).
El editor Tomás Seral y Casas le pidió para su colección “El lagarto al sol” una novela, Mingote recuperó un borrador que había comenzado a escribir hacía algunos años y lo concluyó en pocos meses.
En 1969 el profesor Entrambasaguas la seleccionó, junto con Nada, de Carmen Laforet, primer premio Nadal de la historia,  y Los hijos de los muertos, de Ana María Matute, premio Nacional de Literatura, como una de las mejores del segundo lustro de la década de los cincuenta. Se trata de un texto muy visual, un prodigio de hermosa sencillez narrativa (elude todo tipo de digresiones y lo accesorio, todo se explica atendiendo a los elementos esenciales, igual que en un dibujo), donde se combinan en dosis exactas el humor, la poesía y el simbolismo, para construir una fábula de amor maravillosa. La protagonista, Isla, representa el mundo poético, y está cortada con el patrón de las mujeres del mejor Mihura o Jardiel, diametralmente opuesto al de Luisa, la novia oficial de Froilán, el protagonista masculino, mucho más convencional y vulgar. La novela sorprende continuamente al lector con hechos inesperados que desembocan en una última vuelta de tuerca de su ingenioso final, todo ello aderezado con agudas frases, greguerías al gusto de su admirado Ramón, el clima misterioso tan propio de su no menos considerado Fernández Flórez, y la inclusión de varios relatos intercalados al uso cervantino.
            La segunda edición, publicada por la editorial Cremades, en 1958, incluye una selección antológica de varios relatos breves como “La última aventura de Tarzán”, “La señorita guapa y el ladrón”, “Caramba” y “El velocípedo del señor Jacinto”. También fue adaptada con éxito para Televisión Española en 1977, con Veronica Forqué, Juan Diego y Manuel Alexandre en los principales papeles. 

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