Adelita en su desván (1991).
Como reza la portada de
la novela, Adelita en su desván es
“un cuento de hadas situado en la
Belle epoque”: el conde Roberto de Peñanegra,
metamorfoseado en rana desde 1348, es devuelto a su estado humano por el
cándido beso de Adelita González de la Pineda , quien lo oculta en su desván. Mientras el
padre de la muchacha se aplica al cuidado de su automóvil, representativo de la
modernidad, la joven se afana en el cuidado del conde, un libertino seductor de
cuantas mujeres se le ponen a tiro. En suma, la novela es una revisión en forma
de parodia del cuento popular del príncipe encantado. Como ya ocurriera en Las palmeras de cartón, en esta vuelve a
conjugar el humor codornicesco y
la fantasía para conformar un nuevo divertimento
humorístico cuya finalidad es caricaturizar una sociedad provinciana
–Torrelonga- llena de prejuicios, temores e hipocresías, dominada por la
cursilería y encorsetada por una falsa moral.
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