CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

martes, 20 de marzo de 2018

RESEÑA DE "A CIELO ABIERTO", DE ANTONIO ITURBE



UNA NOVELA DE ALTOS VUELOS


Antes de iniciar su lectura, lo primero que llama la atención de A cielo abierto es la paradoja que se establece entre su extensión -624 páginas- y el Premio del que resultó ganadora el pasado 2017, el de Novela Breve de Seix Barral. Pero que nadie se asuste, desde su primera línea, la narración despega, cobra altura y vuela con fluidez por el cielo de la literatura gracias a la ligereza de su estructura: una historia clara y sencilla expuesta mediante pequeños capítulos; a la propulsión de un potente motor de acción continua llena de aventuras y lances de todo tipo (tormentas, accidentes, supervivencias al límite de la resistencia, rescates, secuestros, amores y desamores, sexo, etc.); a la lograda aerodinámica de su prosa armónica, plagada de brillantes metáforas, frases rotundas y diálogos creíbles; y a una tripulación compuesta por tan heroicos como atractivos personajes, si se quiere un tanto arquetípicos, pero siempre reales -y tan reales-, como que han sido tomados de la vida misma: Saint-Exupéry y sus amigos y camaradas Jean Mermoz y Henri Guillaumet.

El escritor zaragozano Antonio Iturbe narra en A cielo abierto la vocación irracional -casi suicida- de estos pioneros de la aviación comercial surgidos en primera instancia de la militar de la Primera Guerra Mundial, y retrata la épica de esa edad de oro de la aeronáutica que va desde los años veinte del pasado siglo a los cuarenta (concretamente hasta 1944, fecha de la desaparición durante una misión aérea del escritor), plagada de incidentes heroicos en sus vuelos y humanos en sus pasos por la tierra (de alguna manera los protagonistas son poetas del aire que naufragan en la prosa de la vida). Se trata de un canto a la amistad, a la pasión por volar y al goce de vivir y amar intensamente en cualquiera de sus formas.

Para Iturbe la narración sigue contando y en A cielo abierto mezcla el relato de aventuras, las historias de amor y sexo y ciertos componentes de novela psicológica que enriquecen el ritmo continuo de la acción con reflexiones profundas de pensamiento sobre el sentido del deber, el valor, etc., y la exploración de sentimientos como la soledad, el compañerismo, etc. Todo ello narrado con estudiada técnica cinematográfica, para que el lector vea más que lea y vuele con sus protagonistas por medio mundo, pero también se abisme al precipicio de la naturaleza humana, en este caso fundamentalmente de la atractiva personalidad del autor de El Principito.

Antes de despegar, volar siempre es un reto y se imponen los miedos, pero no teman, cojan la nave de Iturbe y pónganse en sus manos, relájense, siéntanse cómodos, respiren hondo y… a volar A cielo abierto. Sin duda disfrutaran de la experiencia. 

Antonio Iturbe, A cielo abierto, Seix Barral, 2017.

RESEÑA PUBLICADA EN EL SUPLEMENTO DEL DIARIO DE TERUEL, ESPEJO DE TINTA




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