UNA NOVELA DE
ALTOS VUELOS
Antes de iniciar su
lectura, lo primero que llama la atención de A cielo abierto es la paradoja que se establece entre su extensión
-624 páginas- y el Premio del que resultó ganadora el pasado 2017, el de Novela
Breve de Seix Barral. Pero que nadie se asuste, desde su primera línea, la
narración despega, cobra altura y vuela con fluidez por el cielo de la
literatura gracias a la ligereza de su estructura: una historia clara y
sencilla expuesta mediante pequeños capítulos; a la propulsión de un potente
motor de acción continua llena de aventuras y lances de todo tipo (tormentas,
accidentes, supervivencias al límite de la resistencia, rescates, secuestros,
amores y desamores, sexo, etc.); a la lograda aerodinámica de su prosa armónica,
plagada de brillantes metáforas, frases rotundas y diálogos creíbles; y a una
tripulación compuesta por tan heroicos como atractivos personajes, si se quiere
un tanto arquetípicos, pero siempre reales -y tan reales-, como que han sido
tomados de la vida misma: Saint-Exupéry y sus amigos y camaradas Jean Mermoz y
Henri Guillaumet.
El escritor zaragozano
Antonio Iturbe narra en A cielo abierto
la vocación irracional -casi suicida- de estos pioneros de la aviación
comercial surgidos en primera instancia de la militar de la Primera Guerra
Mundial, y retrata la épica de esa edad de oro de la aeronáutica que va desde
los años veinte del pasado siglo a los cuarenta (concretamente hasta 1944,
fecha de la desaparición durante una misión aérea del escritor), plagada de
incidentes heroicos en sus vuelos y humanos en sus pasos por la tierra (de
alguna manera los protagonistas son poetas del aire que naufragan en la prosa
de la vida). Se trata de un canto a la amistad, a la pasión por volar y al goce
de vivir y amar intensamente en cualquiera de sus formas.
Para Iturbe la narración
sigue contando y en A cielo abierto
mezcla el relato de aventuras, las historias de amor y sexo y ciertos
componentes de novela psicológica que enriquecen el ritmo continuo de la acción
con reflexiones profundas de pensamiento sobre el sentido del deber, el valor,
etc., y la exploración de sentimientos como la soledad, el compañerismo, etc.
Todo ello narrado con estudiada técnica cinematográfica, para que el lector vea
más que lea y vuele con sus protagonistas por medio mundo, pero
también se abisme al precipicio de la naturaleza humana, en este caso fundamentalmente
de la atractiva personalidad del autor de El
Principito.
Antes de despegar, volar
siempre es un reto y se imponen los miedos, pero no teman, cojan la nave de
Iturbe y pónganse en sus manos, relájense, siéntanse cómodos, respiren hondo y…
a volar A cielo abierto. Sin duda disfrutaran
de la experiencia.
Antonio Iturbe, A cielo abierto, Seix Barral, 2017.
RESEÑA PUBLICADA EN EL SUPLEMENTO DEL DIARIO DE TERUEL, ESPEJO DE TINTA
RESEÑA PUBLICADA EN EL SUPLEMENTO DEL DIARIO DE TERUEL, ESPEJO DE TINTA
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