CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

sábado, 6 de octubre de 2018

EL FUEGO INVISIBLE DEL LEGADO JAVIER SIERRA




        



“Teruel existe” quiso dar cuerpo a un ser etéreo, a una provincia que, como la Castroforte del Baralla, la ciudad ficticia de Torrente Ballester, está a “caballo entre la existencia y la nada”. Misterio todavía hoy sin resolver para políticos y administraciones, pero no así para Javier Sierra, escritor especialista en la materia, que no solo nació en Teruel, sino que ejerce de turolense allá donde va, hace gala de su paisanaje y vende los encantos de su tierra regalando conocimientos, sonrisas y saber estar, resolviendo de esta manera tan sencilla el irresoluble arcano.


En justa correspondencia, la ciudad se ha volcado con el escritor y requiere su presencia de manera constante para todo tipo de homenajes y reconocimientos. De hecho, en breve, será nombrado Hijo Predilecto. Por su parte, el reciente Premio Planeta, a pesar de su apretada agenda, no escatima visitas para impartir charlas y conferencias a sus convecinos, en especial dirigidas a los jóvenes, un público con el que se encuentra muy a gusto –y se le nota-,no sólo porque sabe que “la verdadera patria del hombre es la infancia” –Rilke dixit-, sino porque ve en ellos el futuro de la existencia de su tierra y se entrega a su labor educativa animándolos a ser curiosos, a investigar, a saber mirar, a tener pasión por las cosas, a soñar como ese niño protagonista de su última serie televisiva,Otros mundos, protagonizada en su primer capítulo por su hijo Martín interpretando a su propio padre de pequeño deambulando por el Teruel de los años ochenta en busca de enigmas y demostrando que temas aparentemente locales son universales.


Como complemento a lo anterior, desde hace ya once años, Javier Sierra eligió la Biblioteca Pública de su ciudad como depositaria de su obra en forma de legado en vida -algo poco común-, acción que evidencia dos características importantes de su ser: es previsor, con una enorme visión de futuro, y agradecido. Con esta iniciativa devuelve a esa institución lo que le dio en su niñez: su “primer carnet de verdad” y una particular “biblioteca de Babel”poblada por colecciones de cómics -Astérix, Lucky Luke, Tintín, etc.-, libros infantiles como Alfred Hitchcock y los tres investigadores, Los cinco, y los títulos más emblemáticos de Julio Verne, Salgari, Kipling, Conan Doyle, Agatha Christie, etc., escritores que le descubrieron que “hay otros mundos, pero están en este”. 


Cuando la ocasión se presta, Sierra siempre recuerda de forma entrañable a la bibliotecaria, Feli Orue, quien lo atendía con amabilidad y lo invitó a participar en la primera mesa redonda con escritores en su recién estrenada adolescencia. Con este recuerdo homenajea a todos los profesionales dedicados a ordenar el saber y ponerlo a nuestra disposición.


Aquel muchacho de imaginación desbordante superó la tragedia infantil de convertirse en un gafotas y deber dejar el fútbol refugiándose en la bilioteca y leyendo. Pronto tuvo su propio programa sobre ufología en una radio local (una de sus “alertas ovni” de 1989, logró eco incluso en el Telediario de RTVE) y,mintiendo sobre su mayoría de edad, acudió como invitado a un programa de televisión dirigido por Sánchez Dragó. Sus fantasías infantiles de dirigir sus propias revistas y publicar libros comenzaron a hacerse realidad hasta llegar a ser en la actualidad un experto en temas esotéricos a nivel mundial, demostrando con su trayectoria que, incluso desde una ciudad inexistente, se puede alcanzar el éxito si se alimenta el “fuego invisible” de la imaginación de un niño con lecturas, trabajo y confianza en vivir la vida de tus propios sueños infantiles. 


(continuará)
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