Clemente Pamplona años 40 |
El trabajo de Clemente Pamplona en el cine tiene dos etapas claramente diferenciadas: una primera, como guionista, que arranca a principios de la década de los cincuenta y se prolonga hasta el año 57, y una segunda, como guionista-adaptador-realizador, que se inicia ese mismo año con la película Pasos hasta concluir en 1962 con La chica del gato y un total de seis películas en su haber como director.
Clemente Pamplona se formó para el cine como guionista de películas que se encuadran dentro del cine más tradicional y reaccionario al amparo de las ideas dominantes; sin embargo, como realizador presenta inquietudes inconformistas y un cierto afán renovador, por lo que entra en lucha con el viejo aparato profesional (dueño absoluto de los estudios y de la distribución) y con los mecanismos de control de la industria por parte del Estado (censura y crítica oficial).
Como guionista colaboró siempre en proyectos continuistas que van desde las películas de carácter épico-histórico (Agustina de Aragón, 1950), pasando por el cine seudo religioso y de cruzada (Cerca del cielo, 1951), el interesado cine de reconciliación nacional potenciado por el régimen (Dos caminos, 1953) o el anticomunista en su versión deportiva (Los ases buscan la paz, 1954) y una incursión en el melodrama costumbrista con fines comerciales (Pasión en el mar, 1956). Películas todas, en suma, situadas dentro del cine oficial promovido por el régimen que obtuvieron inmejorables calificaciones censorias, una populosa acogida por parte del público e importantes beneficios económicos.
Pese a lo expuesto, en su etapa como realizador, Clemente Pamplona arranca con una película que pretende una cierta voluntad de estilo, Pasos (1957), elegida para representar a España en el Festival de San Sebastián, que lo sitúa en lo que se podría llamar la disidencia cinematográfica, pero pronto se ve doblegado por las dificultades de una industria plagada de problemas, cortapisas, carencias y absolutamente domindada por los poderes del Estado, que convierten su carrera, como la de tantos otros, en efimera e irregular. Así probará fortuna en el cine comercial con películas como Farmacia de guardia (1958), de alguna maner un claro antecedente de la exitosa serie televisiva dirigida por Antonio Mercero, Don José, Pepe y Pepito (1959), su apuesta cinematográfica más comercial con intérpretes de renombre
Fotograma de Don José, Pepe y Pepito |
(1962), una adaptación de la obra teatral homónima de Carlos Arniches con Gracita Morales como protagonista, que cosecharon rotundos fracasos, y con similares resultados buscó fórmulas más personales y comprometidas en filmes como Kilómetro 12 (1961) e Historia de un hombre (1961), con guión del Académico Lázaro Carreter, duramente castigada por la censura, por lo que se perdió en el olvido.
La chica del gato
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