CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

jueves, 14 de abril de 2011

PEDRO PABLO VICENTE MONZÓN. MAESTRO DEL SIGLO XIX.

Portada del libro publicado en 2006
Pedro Pablo Vicente Monzón (Sarrión, 1826-Teruel, 1874) fue maestro, pedagogo, impresor, escritor (fundamentalmente de libros de carácter educativo: Explicación del sistema métrico decimal; Ortografía castellana. Escrita para los niños; Exposición de la teoría del solfeo; Nociones pedagógicas para la dirección de las escuelas elementales de niñas; Método racional de lectura, etc.) periodista y político (llegó a ser diputado por el partido Republicano en las Cortes de 1873). Desde su revista La Concordia (1856-1873), decana en su momento del Magisterio Nacional, luchó con denuedo por dignificar la profesión de maestro, defendiendo infatigablemente sus derechos.
Pedro Pablo Vicente fue un republicano convencido, íntimo colaborador de Víctor Pruneda. Desde esta opción política planteó soluciones económicas de diferente índole encaminadas a mejorar la postración material de nuestra provincia y a ofrecer, desde su ideología, salidas a la corrupción de las clases dominantes y a la falta de ilusión colectiva de sus habitantes.
            De alguna manera, sus escritos nos presentan a un claro precursor de los regeneracionistas finiseculares de nuestra tierra. Su pensamiento, como el de éstos, parte de una clara conciencia de atraso económico que lleva a formular toda una serie de medidas económicas: creación de riqueza mediante la optimización de las explotaciones agrarias (riego, mecanización, abonos, formación…); mejoras en las condiciones de comercialización (caminos, ferrocarriles…); explotación de los recursos minerales, industrialización, etc. Así, por un lado, denunció el inmovilismo del agro turolense, tanto por su apego a la agricultura tradicional, como por su  desprecio a las nuevas técnicas, defendiendo la modernización del campo en todos sus órdenes, anticipándose a las tesis que algún tiempo después propugnaría en el Bajo Aragón la personalidad de Santiago Viella Jassà. Por otro, de igual forma, denunció la situación de aislamiento de la provincia con respecto a los puntos más desarrollados del Estado, situación agravada por la inexistencia de unas mínimas comunicaciones provinciales, circunstancia que asfixiaba la explotación de nuestros recursos minerales, del campo turolense y la creación de cualquier tipo de industria, por ello defendió con pasión la necesidad imperiosa de que el ferrocarril cruzase nuestro territorio, así como también la mejora de sus vías carreteras, anticipándose en estas reivindicaciones a la figura de Domingo Gascón e, incluso, a la del movimiento ciudadano Teruel Existe.
Su labor más intensa la desarrolló en pro de Magisterio Español instaurando una prensa pedagógica comprometida con la defensa de los intereses de los maestros que pretendió, por un lado, dignificar la profesión y, por otro, denunciar los abusos e injusticias que, sistemáticamente, sufrían en España, proponiendo, a su vez, medidas para la mejora de sus condiciones económicas, sociales y laborales (su revista La Concordia contiene el repertorio más completo de legislación y jurisprudencia educativa promulgado desde 1856 hasta 1873). En este campo, su testigo lo recogió Miguel Vallés, figura señera también del periodismo de Instrucción Primaria, quien durante más de treinta años se dedicará a la dirección de revistas profesionales en Teruel.
En el terreno pedagógico defendió siempre una metodología extrañamente moderna para su época, basada en el estímulo de la intuición del niño, comprensiva, activa y práctica.

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