CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

lunes, 23 de enero de 2012

DE CÓMO EL ADOLESCENTE ILDEFONSO MANUEL GIL PERDIÓ LA VIRGINIDAD EN SARRIÓN (II): EL FARMACÉUTICO GÁMIR Y LA BARDANA.

 En Un caballito de cartón. Memorias, 1915-1925 (Zaragoza, Xórdica, 1996), Ildefonso Manuel Gil rememora su niñez en Daroca y dedica todo un capítulo, significativamente titulado “Aquel verano”, a recordar unas imperecederas vacaciones en Sarrión, durante las cuales tendrá lugar su primera experiencia sexual.
            Los hechos se sucedieron de la siguiente manera: el padre de Ildefonso era farmacéutico y compañero suyo de la Facultad fue el sarrionense Aurelio Gámir, quien con el tiempo se convirtió en uno de sus mejores amigos –el Ildefonso niño lo llamaba cariñosamente tío-, pues además de estudiar juntos la carrera trabajaron también juntos en la Farmacia Gayoso y en sus laboratorios. Gámir se estableció en Valencia y su farmacia, ya por los años veinte, era una de las más importantes de la ciudad del Turia.
            En estas circunstancias, en el verano de 1922, Aurelio Gámir pasó con  su familia unos días con los Gil en Daroca. Según nos confiesa Ildefonso “iba buscando datos prácticos sobre la abundancia, en ribazos y zonas marginales de la vega del Jiloca, de una planta conocida por el nombre de bardana. Esa planta tenía entre el pueblo cierta fama de medicinal, más en un marco de superstición que de ciencia. Gámir había seguido el ejemplo del madrileño Gayoso y tenía un buen laboratorio de fármacos. Era el momento en que los específicos elaborados en serie comenzaban a sustituir las fórmulas magistrales. Estaba trabajando en un proyecto de obtener un depurativo, cuya base era la bardana; hasta el pnto de que el nombre iba a ser Bardanol Gámir”. El farmacéutico sarrionense terminó alquilando unas tierras en la zona para el cultivo de las mencionadas plantas, razón por la cual continuó periódicamente visitando Daroca y a los Gil.
            Debemos significar que algún tiempo después, el farmacéutico Gámir comercializó un fármaco con el nombre de Bardanol (gel de bardana y estaño; preparado dermatológico que ya había patentado en el año 1919). De hecho, Aurelio Gámir ingresó en el año 1935 en la Academia de Medicina de Valencia ocupando uno  de los sillones reservados a farmacéuticos. Su discurso de recepción versó sobre “Notas sobre estabilización y cultivo de la bardana, digital y belladona.” La personalidad de este investigador es tan interesante que en un futuro próximo le dedicaremos una entrada.
            Volviendo al tema que nos ocupa, en justa correspondencia, en el verano del año veinticinco, Ildefonso pasaría dos semanas en Sarrión, pero esto lo dejaremos para la próxima entrega. CONTINUARÁ


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