CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

miércoles, 14 de marzo de 2012

LUCAS A. YUSTE MORENO. POETA DE MONREAL (III)

Surcos.
Se trata de una miscelánea poética de corte popular en la que se mezclan los versos de arte menor -octosílabos y hexasílabos- con los de arte mayor -endecasílabos y alejandrinos-. Prefiere la rima asonante a la consonante y, sobre todo, los versos sueltos y los libres. Estróficamente cabe destacar la presencia de varios romances y algún soneto.
En líneas generales, presenta un estilo poético poco personal sobre el que gravitan multitud de influencias, especialmente las de las composiciones más populares de Lorca, Machado o Lope; sin embargo, ya se anticipan evidentes aciertos que posteriormente desarrollará con mayor interés y calidad.
El poemario se abre con una breve composición titulada "Camino...", que remite al título general y que confiere unidad temática al conjunto de poemas: la necesidad de romper con el silencio que atenaza al poeta, aludido en los poemas iniciales -"Las palabras...", "La imagen de un absurdo", "Mis poemas", "No me da la pena el viento"- y que le impide denunciar la violencia pasada -"Doce fusilados"- y presente -"Una M...-, la existencia de dos Españas -"El adagio de Antonio Machado"- o el dolor de los que viven el exilio interior del silencio -"Quizá llegará...", "Con la mirada hundida en el pasado"-. Yuste Moreno tiene necesidad de abrir una vía comunicativa con la sociedad y ésta la encuentra en la poesía, mediante la cual expresa su vacío y su dudas existenciales -"Hombre de hoy", "Señor, ¿porqué (sic)?", "Sin nada en el alma"-, sus recuerdos, sus experiencias vitales, etc. Recorrido el camino, quedan las huellas y el dolor del tránsito, el libro se cierra circularmente con "La huella de mi silencio".

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