CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

miércoles, 7 de noviembre de 2012

MIGUEL BUÑUEL TALLADA. ESCRITOR, ACTOR, GUIONISTA.

TRAYECTORIA VITAL

   Sobre una inmensa atalaya de roca, escasos restos de un castillo templario dominan la bella localidad turolense de Castellote, lugar donde nació Miguel Buñuel Tallada el 5 de julio de 1924:

“Una atalaya larga, interminable. De rocas altas, empinadas, enormes. Grises y rojizas. Y sin vegetación alguna. El sol está a punto de ocultarse por su extremo, que se recorta en un cielo muy azul. Las nubes, muy blancas.
A los pies de la atalaya, incrustado en sus rocas, el pueblecito, alargándose como el mango de una sartén. Y en la cresta de la atalaya, exactamente encima de la plaza, las ruinas de un castillo de los tiempos de la 
Reconquista, en las que destacan los restos de un torreón árabe. 
En la plaza, la iglesia, con columnas salomónicas en el pórtico, una torre coronada por un gallo de hierro la veleta– y un nido de cigüeñas. Y la fuente, abierta en un muro escalonado con bancos de piedra”.

En este pueblo turolense transcurre su infancia, etapa fundamental en la conformación de su personalidad y omnipresente en sus textos; quizá, lo mejor de su creación literaria proceda de estos recuerdos infantiles de los primeros años de vida, expresados con la sencillez y candorosidad siguiente: 

“En los bancos, sentados, algunos viejos, rostro enjuto surcado de arrugas, con la mirada clavada en el  infinito y las manos sarmentosas entrelazadas sobre la gayata. Y niñas  jugando a las casitas. Unas preparan  la cena, porque los primeros labradores ya regresan de los campos. Trozos de baldosines rojos y de vidrio verde hacen de cacharros. Los guijarros de río son los panes y la arena, el arroz. Otras niñas mecen a sus muñecas de trapo, canturreando una nana, porque las gallinas con su gallo se han ido a acostar. De la iglesia sale alguna mujeruca enlutada, alguna joven con vestido estampado en colores chillones. Las mozas han empezado a acarrear agua en sus ventrudos cántaros de barro que apoyan en la cabeza o en la cadera. Un campesino, con una recua de tres borricos cargados con talegas repletas, asciende por la empinada cuesta junto al muro escalonado.Y de pronto... Niños, blandiendo haces de mimbre, a modo de escopetas, montados a horcajadas sobre otros niños que trotan como caballos, irrumpen en la plaza. Es la caballería. Gritan y alborotan. Detrás, un grupo, con los mimbres al hombro, camina en formación marcial...”

   Sus amigos de la infancia –fielmente retratados por Buñuel en este breve cuento, El aquelarrito, memoria de sus juegos y diversiones en el pueblo– lo recuerdan como un niño inteligente y rebelde, siempre dispuesto a cuestionarse las imposiciones y los mandatos categóricos no justificados por explicaciones precisas, y poco dispuesto a callarse ante lo que no comprende o considera injusto. A su incipiente sordera atribuyen su carácter retraído y taciturno. 
   Cuando cuenta con catorce años, mediada la guerra civil, tras fracasar el negocio familiar –una fábrica de dulces, cuyo producto más prestigioso eran las peladillas escarchadas, de calidad internacional y todavía en la actualidad recordadas– su familia se traslada a Zaragoza, para, poco después, en los años cuarenta, asentarse definitivamente en Madrid. 
   Miguel Buñuel estudia por imposición familiar perito agrícola. Carrera que nunca llegó a ejercer, limitándose a su conclusión a diseñar una hermosa e imaginativa orla para su promoción. Su facilidad para el dibujo le lleva a aceptar el puesto de director de maquetación de la Editorial Doncel, en la que publica sus primeras obras para niños, inaugurando, por ejemplo, su colección más famosa, “La Ballena Alegre”, con El niño, la golondrina y el gato. A este respecto, Manuel Estevan cuenta que “cada vez que se leían poemas en ‘Radio España Independiente de un poeta español cuyo nombre silenciamos’, le cargaban el mochuelo a él, y luego se quejaba porque estaba trabajando en la Editorial Doncel donde le amenazaban con ponerlo en la calle”. 
   Trabajó también como oficinista en el Instituto del Hierro y del Acero, empleo que terminó por abandonar para dedicarse por entero a sus actividades artísticas. Su inquietud intelectual le lleva a cursar estudios en la Escuela Oficial de Periodismo y en la Escuela Oficial de Cinematografía –él mismo calificaba su formación como de “autouniversitaria”–. Sobre estos últimos estudios, Manuel Estevan relata la siguiente sabrosa anécdota:

“Asimismo fue al comienzo de los 60 cuando más entusiasmado estaba con los guiones de cine que iba elaborando y que jamás llegaron a consolidarse en la industria fílmica. Recuerdo que una tarde, hace ya doce años, en la Ciudad Universitaria de Madrid, le decía Berlanga, entonces profesor suyo en la extinta Escuela de Cine: ‘Es que tú aún no te has dado cuenta del país en que vives’, refiriéndose a los desafueros sociológicos de aquellos guiones. Y, sin embargo, escribía y rebuscaba temas para plasmar en unas pantallas que nunca se iluminaron para él”.

   En torno a los años sesenta, Buñuel contrajo matrimonio con la escritora gallega María Elvira Lacaci, con la que vive una relación pasional tormentosa que lo sumirá en una profunda depresión de la que tardó en recuperarse algún tiempo. Finalmente, tras conseguir que su matrimonio fuese declarado nulo, volvió a casarse con M.ª Teresa González. Miguel Buñuel falleció el 21 de ocubre de 1980 víctima de un cáncer de colon, probablemente secuela de una larga convalecencia en cama tras un desgraciado accidente de tráfico –fue atropellado por una moto–.

1 comentario:

  1. Hola juan soy tu exalumno Cristian Guillen me alegro de que hayas puesto algun articulo más del tema taurino, esta muy bien jaja voy ha hacer un blog de tema taurino ya te avisare cuando lo tenga, va de toreros que han dejado huella en el toreo como david silveti, rafael de paula etc..
    Un saludo

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